El Gobierno quiere extender la BUE a todo el país

El Gobierno quiere extender la BUE a todo el país

El secretario de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior, Adrián Pérez, ya envió la convocatoria a los gobiernos provinciales. El 21 de enero se reunirán los representantes distritales.


“Hemos convocado a los ministros de Gobierno porque consideramos que es importante dialogar con todas las provincias, trabajar en una agenda común y darle transparencia y agilidad al proceso electoral”, declaró Adrián Pérez, secretario de Asuntos Políticos del Ministerio del Interior.

El objetivo de la cartera que encabeza Rogelio Frigerio es desarrollar el sistema de Boleta Única Electrónica (BUE) para las elecciones legislativas de 2017, un objetivo difícil de conseguir por la urgencia de los plazos.

Además, Pérez les propondría a los ministros políticos la implementación del cronograma electoral y la creación de un organismo de aplicación, autónomo del Poder Ejecutivo.

El primer punto sería que para fin de año o los dos primeros meses del año próximo ya se haya realizado la licitación para elegir el sistema que se implementará. El segundo punto es que el programa utilizado sea lo suficientemente confiable esta vez, porque en las elecciones porteñas de 2015 hubo problemas de todo tipo, como que las claves del sistema aparecieron posteadas en una página web a la que tenía acceso el público.

Luces y sombras del voto electrónico
Muchos países han dado marcha atrás en el uso de la BUE, acobardados por una larga serie de problemas que genera su uso, en especial el de la imposibilidad de auditar adecuadamente el sistema por parte del público que no tiene una formación profunda en el plano de la programación de computadoras.

En cuanto al voto electrónico, existen diferentes métodos. Está la Urna Electrónica, en el que la computadora es utilizada en todos los pasos de la votación, incluso en el almacenamiento de los sufragios.

En la Ciudad de Buenos Aires, en la provincia de Salta y en otros distritos se utilizó la Boleta Única Electrónica: una boleta que contiene un chip que el votante carga en la computadora. Luego, la boleta es depositada en la urna, tal como se hace con un voto en papel.

Los problemas
Hay especialistas que advirtieron que con solo un flash descartable, una pila doble A y un cable que haga las veces de antena se puede construir fácilmente un artefacto que puede alterar el chip de la BUE. Otros afirman que con un imán se puede logar el mismo objetivo.

El chip de radiofrecuencia que contiene la BUE, además, puede ser leído por otros aparatos. El especialista riocuartense Javier Smaldone relató que una aplicación para celulares puede leer la información almacenada en el chip de votación con solo ubicarlo cerca de la BUE. El mismo especialista informó que otro chip está en condiciones de “inflar” la cantidad de votos.

Donde la BUE (aún) se utiliza
Solo en siete países se utiliza actualmente la BUE, y los problemas han estado a la orden del día en casi todos. Son ellos Bélgica, los Estados Unidos (en donde solo se la usa en algunos distritos), Brasil, Venezuela, la India, Filipinas y Estonia.

Para que la seguridad fuera mayor, en Estonia y en la India invirtieron cuantiosos recursos para desarrollar un software inviolable, que aun así no es infalible. En Bélgica, por su parte, el sistema se dejó de utilizar, precisamente, por la imposibilidad de implementar un sistema anti-hacker absolutamente inviolable.

Por su parte, en los Estados Unidos, Brasil, Venezuela y Filipinas, las denuncias ante cada elección son una constante. Las autoridades de estos países se encuentran en un trabajo constante de evaluación, hasta ahora sin un desenlace exitoso.

Germánica desilusión
En Alemania, la urna electrónica comenzó a utilizarse en 2005, pero ante una larga serie de cuestionamientos, en 2009 el Supremo Tribunal Constitucional (la Corte Suprema) declaró que la utilización del voto electrónico es “inconstitucional”. ¿La razón? El sistema, tal cual fue diseñado, solo permite su fiscalización por personas que poseen conocimientos técnicos avanzados y, por lo tanto, su comprobación les está vedada a los ciudadanos de a pie.

El fin del mundo dijo no
En 2006, en medio de la ola modernista, en Finlandia se aprobó el voto electrónico para ser utilizado en las elecciones municipales de 2008, para lo cual se hizo una prueba preliminar en tres alcaldías, una votación que debió ser anulada por una serie de problemas en su implementación. Finalmente, en 2010, el gobierno finlandés decidió no usar más el sistema hasta que exista una tecnología más confiable.

La naranja de papel
Holanda fue el país pionero en la modernización de su sistema de votación. Allí se comenzaron a desarrollar tecnologías para tal fin en 1965, pero en 2006, ante la multiplicidad de problemas que se presentaron en las urnas electrónicas, un equipo de investigadores detectó que existían fallas de seguridad que no podían solucionar. En 2008, finalmente, el gobierno anunció el regreso al “anacrónico” voto en papel. Actualmente, los holandeses están desarrollando sistemas de voto telefónico y por internet, que no obligan al votante a presentarse en un lugar determinado para emitir el sufragio.

Irlanda tampoco
En 2000, el gobierno irlandés autorizó la utilización de urnas electrónicas, que en 2002 se implementaron finalmente en los distritos Dublín norte, Dublín oeste y Meta.

El sistema consistía de un tablero electrónico con una pantalla, donde el votante seleccionaba a sus candidatos en el orden de preferencia que deseara. En 2004, ante las muchas quejas generadas, se creó una comisión de expertos para que evaluaran dos temas en especial: la seguridad (ante la posibilidad del hackeo) y la confidencialidad del voto.

La conclusión del trabajo fue contundente: dictaminaron que la seguridad era insuficiente y que la transparencia no estaba garantizada. En 2009, el gobierno abandonó totalmente el voto electrónico, tanto por las conclusiones de los expertos y la desconfianza del público como por los costos excesivos que había pagado por el sistema. Como colofón, en 2012, el gobierno se deshizo de las 7.500 máquinas de votar que poseía, clausurando el sistema hasta que consiga mejores resultados.

La flema inglesa, alterada
En el Reino Unido se implementaron más de 30 pruebas piloto entre 2002 y 2007, en las que se utilizaron diferentes sistemas de votación electrónica. En 2008, la Comisión Electoral declaró que la seguridad era insuficiente y determinó el abandono del sistema.

¿Modernidad o espejitos de colores?
Todos estos países desarrollaron sistemas de votación que agilizaban el trámite de votar y le facilitaban a una población familiarizada con el uso de las computadoras el ejercicio del acto más importante de la democracia. Finalmente, todos ellos abandonaron el sistema por la imposibilidad de evitar los fallos en la seguridad.

En resumen, la experiencia determina que no se puede confiar totalmente en un sistema basado solamente en que la honestidad de los gobernantes y los empresarios sea la garantía de su transparencia. El clamor de la dirigencia es que se afinen cada vez más los sistemas de control por parte de los funcionarios que ejercen funciones en los tres poderes del Estado, por lo que no debería permitirse la existencia de un sistema que solo sea auditable por ellos mismos, ni menos aún por los empresarios que resulten adjudicatarios de una licitación.

El sistema debe ser diseñado, además, no por empresas privadas, sino por las autoridades judiciales especializadas en lo electoral y por los técnicos, que abundan en las universidades. Estos, además, deberían especializarse en capacitar a los fiscales para que auditen a las empresas. El acto fundamental de la democracia no puede quedar librado solo a la iniciativa privada.

Está claro que esto no es lo que ocurre con el sistema que se implementó en la Ciudad de Buenos Aires, por lo que en la reunión de Pérez con los ministros de Gobierno provinciales deberían surgir propuestas superadoras para que el sistema pueda ser implementado con las condiciones que la democracia exige.

Qué se dice del tema...