Eduardo Valdés, diputado del Parlasur por el Frente para la Victoria y exembajador ante la Santa Sede durante el último año de gobierno de Cristina Kirchner, festeja el triunfo del Frente de Todos. Mientras elogia la “arquitectura electoral” de la coalición, que atribuye principalmente a la expresidenta, cree que la alianza se mantendrá firme durante el gobierno de Alberto Fernández, a pesar de las disidencias sostenidas en el pasado reciente entre sus integrantes.
-¿Qué balance hace de las elecciones?
Si hace cuatro meses me decían que el Frente de Todos iba a ganar en primera vuelta 48-40, firmaba totalmente. Me pareció una gran victoria.
-¿A qué atribuye la diferencia con respecto a las PASO?
-Las PASO son primarias. No me interesa eso, me interesa que hayamos ganado en la primera vuelta. Creo que Macri se puso la campaña al hombro, dejó el “coacheo” de Durán Barba y salió a hablar desde las tripas. Esto hizo que juntara el antiperonismo de la Argentina, que no es distinto de los números históricos. Angeloz sacó 38 puntos en el 89, contra Menem, y eso que había una corrida cambiaria impresionante. El número del no peronismo siempre anda en 38, 40 puntos. Pero me encanta que hayamos ganado en primera vuelta por el 48 por ciento.
-¿A qué atribuye el triunfo, desde el punto de vista social y económico?
-En primer lugar, creo que la gente más humilde y la clase media la pasaron muy mal. La falta de trabajo, la inflación, los haberes jubilatorios congelados y los precios por las nubes influyeron en que muchos que votaron a Macri en 2015 hoy no lo votaran.
-¿Y desde lo político?
-Fue la excelente arquitectura electoral que diseñó Cristina Kirchner, al plantear que Alberto encabece el espacio. Tengo un gran orgullo del Frente de Todos, con un armado electoral muy amplio y sectores políticos muy diversos. Está claro que el valor de la unidad es muy importante. Cuando nos dividimos perdimos las elecciones y cuando nos unimos, las ganamos.
-¿Cree que esa arquitectura electoral se sostendrá como gobierno?
-Nosotros construimos la unidad desde un lugar de convicción. Representamos a los sectores más humildes de la Argentina, que fueron los más castigados por el gobierno de Mauricio Macri y la unidad se tiene que mantener en base a quienes debemos representar. Dividirnos sería ayudar a proyectos que trabajan a la inversa de los sectores que representamos. La unidad es la convicción interna del lugar hacia donde queremos direccionar la Argentina. La unidad se va a mantener, por su valor. Es una plantita que tenemos que regar todos los días.
-¿Cuál será el rol de Cristina Kirchner en este esquema?
-Va a ser la mejor vicepresidenta de la historia argentina. Cristina ya está en las páginas grandes de la historia. Fue dos veces presidenta y electa una vez vicepresidenta. Y creo que ella imagina a Alberto Fernández en el lugar del mejor presidente de la historia argentina. Todo conlleva a su propia historia personal. Pensar que Cristina y Alberto no van a tener una relación armoniosa es pensar que somos tontos. Los peronistas cometemos errores, pero cuando gobernamos, gobernamos. No creo que haya ningún problema.
-¿Qué rol tuvo el Papa en las elecciones del Frente de Todos?
-El Papa no tuvo ninguna interferencia en la fórmula presidencial del Frente de Todos. Bastantes problemas tiene el Papa en Roma, con los enemigos que tiene, con los sínodos abiertos, como el de la Amazonia, para ocuparse de las elecciones de la Argentina. Lo que sí sé, es que quiere que los argentinos vivan mejor, que no tengan problemas de trabajo, que las personas tengan dignidad, que no se descarten. Es un denunciador de la cultura del descarte y seguramente vivirá con atención lo que pase en su país.
Creo que Macri se puso la campaña al hombro, dejó el “coacheo” de Durán Barba y salió a hablar desde las tripas. Esto hizo que juntara el antiperonismo de la Argentina, que no es distinto de los números históricos. Angeloz sacó 38 puntos en el 89, contra Menem, y eso que había una corrida cambiaria impresionante.
-¿Cómo será la convivencia entre Cristina y Massa?
-Es más lo que los une que lo que los divide. Sergio fue director de Anses durante el gobierno de Néstor Kirchner y jefe de Gabinete de Cristina. Hubo diferencias en 2013, pero se conocen lo suficiente como para saber que fue mejor el tiempo juntos que separados. No tengo por qué pensar que va a haber problemas
-¿Cree que las causas contra exfuncionarios del kirchnerismo van a continuar?
-Nosotros queremos juicios justos. No puede ser que un día se tomen ocho declaraciones indagatorias por el mismo juez a la expresidenta Cristina Kirchner, y que ese día coincida con la fecha del nacimiento de su marido. Eso no está justificado, es saña y persecución. Queremos justicia y juicios justos. Queremos que los jueces sean justos.
-¿Qué rol tendrá en esta nueva etapa?
-Voy a seguir como diputado del Parlasur. Me gusta lo que estoy haciendo y no estoy pidiendo ir a ningún cargo ejecutivo. Soy un tribuno de la plebe.
-¿Cuál será la postura del nuevo gobierno frente al FMI?
-No va a ser distinta de la que tuvo Néstor Kircher en 2003, cuando Alberto era su jefe de Gabinete. Me acuerdo de la reunión de Kirchner con el director ejecutivo del Fondo, un alemán llamado Horst Köhler. Néstor le dijo a Köhler: “Usted y yo nos conocemos hoy. Y mejor va a ser para usted y para mí que yo haga un acuerdo de pago para que usted no tenga que volver a la Argentina. Porque si no cumplo, va a tener que venir seguido”. Fue tan bueno el acuerdo que firmó, que terminamos pagando el 100 por ciento de la deuda, porque la Argentina pudo crecer. Y eso es lo que auguro para Alberto Fernández.
Un restaurante: Mamá Rosa.
Una comida: Risotto, de Marcello.
Un libro: Entrevistas con la historia de Oriana Falacci
Un personaje histórico: Juan Perón.
Una frase: “Si le doy de comer a un pobre dicen que soy un santo, pero si pregunto por qué esa persona no puede comer, me dicen que soy populista”, de Helder Camara, obispo brasileño de Recife.
Otra frase: “La Justicia es como la serpiente, solo muerde a los que tienen los pies descalzos”, de San Oscar Arnulfo Romero, el asesinado Obispo de El Salvador.
Un lugar: El café “Las palabras”, que es mi cueva.
