Después de Triaca, aún hay esperanza

Después de Triaca, aún hay esperanza


Con el decreto que le pone precio a la paz social y la sanción del presupuesto de ajuste, el Gobierno también toma nota sobre las divisiones en un peronismo que aparece cada vez más fragmentado y orientado hacia Cristina Kirchner y busca ordenarse frente a la avanzada del sindicalismo, que opera sobre el escenario de la dura batalla entre inflación y el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores.

Esta semana, Mauricio Macri coronó con un decreto de necesidad y urgencia el establecimiento del pago de un bono de compensación de cinco mil pesos -en dos tramos para los trabajadores del sector privado-, con un acuerdo espejo para los estatales nacionales, tras extensas negociaciones con la CGT y las principales cámaras empresarias. En esta instancia, el ministro Dante Sica finalmente se terminó de consagrar como el peronista todo poderoso del Gobierno, eyectando definitivamente al desgastado y degradado Jorge Triaca.

Resuelta la agenda política de este año, el oficialismo espera que se le cumplan todos los pronósticos para el primer trimestre del próximo: que reine la calma cambiaria, que haya una baja inflacionaria y que las primeras paritarias marquen el rumbo de la recuperación salarial, para llegar oxigenados a la contienda electoral.

Al cierre de esta edición, en el Gobierno daban por descontada la sanción del Presupuesto y la fractura visible del bloque peronista liderado por el rionegrino Miguel Ángel Pichetto. Todo beneficio para la Casa Rosada. Mientras el peronismo permanezca dividido, el equipo de Marcos Peña duerme tranquilo. “Era previsible la fractura del peronismo en el Senado. Es un milagro que haya durado tanto. Ahora tuvo razón de ser porque empieza a jugarse la construcción electoral: hay estrategias en marcha de gobernadores, de sus senadores y también de aquellos senadores que no tienen jefes territoriales. No hay que hacer solamente una lectura lineal, porque hay componentes provinciales”, analiza un funcionario del Ministerio del Interior que, sin pelos en la lengua, le pone nombre y apellido a la nueva coyuntura política del frente opositor: Cristina Fernández de Kirchner.

“Ya con su llegada al Congreso, ese bloque se rompió por primera vez, y ahora hay una parte de ese peronismo que apuesta por el acercamiento, con jugar más cerca de su figura. Solamente falta ver si la sangría será como la que se está anunciando o si solamente pegarán el salto los pampeanos, los formoseños y los tucumanos”. De todos modos, Cambiemos no forzará un adelantamiento del debate electoral, asegura a Noticias Urbanas, el estratega comunicacional de un ministro. “Todavía no vemos un escenario electoral, porque la oposición no encuentra un candidato que vaya por el medio. Algunos saben que Cristina mide bien y eso los va obligando a tomar definiciones en sus provincias. José Alperovich va a ser el candidato de la ex presidenta en la interna en Tucumán contra el gobernador Juan Manzur, que no juega con Cristina. Claramente se están moviendo los termómetros provinciales pero a nosotros no nos modifica los planes. Son decisiones de ellos”, agregó.

El acercamiento entre Pichetto y la Casa Rosada exacerbó aún más las divisiones dentro del peronismo. Están quienes quieren despegarse de la ex mandataria, los que apuestan a su bendición, pero que no quieren que juegue y los que sueñan con un tercer gobierno cristinista. La gesta del bono de fin de año también acrecentó la disputa entre la CGT y el Frente Sindical de los Moyano, el primero canjeando un paro nacional por un bono y el segundo, cada vez más opositor y cercano a la ex presidenta.

Por contrapartida, se terminó de decretar el final de juego para Jorge Triaca, quien desde la degradación de la cartera laboral, luego absorbida por el superministerio que comanda Dante Sica, fue viendo cada vez más de lejos la botonera de las decisiones. Está en marcha una salida ordenada, acordada por ambos protagonistas en una reunión frontal y directa, en la que predominó el “absoluto pragmatismo” de ambos. Una salida que desde el entorno del hijo del sindicalista del plástico es señalada como una decisión personal y voluntaria, producto del desgaste que significó la degradación de la cartera laboral y la cambiante coyuntura aprovechada por el sindicalismo para ningunearlo como interlocutor frente al Gobierno.

Las paredes del Ministerio de Producción y Trabajo, donde ahora reina Sica, aseguran lo contrario. Dicen que su salida fue exclusivamente una potestad del actual ministro. En tanto, cerca de Triaca, promocionan una versión edulcorada sobre el amargo final, en la que explican por qué el próximo exsecretario supo bajarse a tiempo. “No nos gustaba que las balas nos pegaran cerca y tampoco ser fusibles de nada”, asegura uno de sus principales colaboradores, en una charla sincera con Noticias Urbanas, en la que desmintió que su jefe político sea capaz de aceptar algún ofrecimiento por parte de Macri como premio consuelo.

“Dante le pidió a Jorge que lo siga ayudando y le garantizó que todo su equipo iba a continuar en el ministerio, porque llevamos tres años dentro del Ministerio de Trabajo y sería una locura desactivarlo de un día para el otro, porque puede generar un quilombo social importante. Nuestras mejores performances como cartera laboral fueron todas en el Conurbano”, apuntaron. Aseguran que la salida de Triaca, que quedará firme en los primeros días de diciembre, era un desenlace posible cuando Macri resolvió por decreto fusionar las carteras de Producción y Trabajo, empoderándolo a Sica. “Nosotros boludeces no vamos a hacer”, aseguran para dejar en claro que de ninguna forma habrá una resistencia frente a la nueva conducción y que en el tema siempre predominó una lógica pragmática.

“Cuando Dante no nos necesite más, renunciaremos. Él tiene todo el derecho de querer administrar las cosas a su modo. Mauricio decidió poner al frente a una figura mucho más fuerte, más reticente a querer solucionarles la diaria a los muchachos. Y es por eso que la relación entre el Gobierno y el sindicalismo va a cambiar”, analizan, con medio pie afuera.

“Va a ser una transición ordenadísima. Obviamente hay áreas que se van a tener que fusionar, porque están triplicadas y también dependerá de las prioridades que Dante quiera dar. Nosotros siempre vamos a estar para dar una mano y la relación entre Jorge y Mauricio no cambiará, porque hay un cariño que va más allá de ser funcionario de su Gobierno. Uno siempre quiere estar en el gabinete, pero todo no se puede. Es la historia la que manda”, finalizó, resignado.

También el asesor reconoce que, más allá de cualquier foto, las negociaciones por el bono de fin de año las vieron desde “muy lejos” y que el desenlace empezaba a despejarse, más allá de que públicamente, tanto Sica como Triaca, se hicieran los desentendidos y hasta se animaran a compartir actividades en público para despejar lo que ellos señalaban como rumores y operaciones de prensa.

En el último tiempo, además de la degradación jerárquica, tuvieron que resignarse ante el alejamiento de Mario Quintana, uno de los principales sostenes políticos de Triaca y sus colaboradores, que ahora aseguran que pese a que todavía quedó pendiente una reforma laboral, trabajarán tanto desde adentro como desde afuera para verla realizada el año próximo.

“Él no necesita ningún gesto por parte del Presidente. No necesita soltar una liana para agarrase de otra, porque no es su forma de ser. Si le ofrecieran algún cargo, no creo que lo acepte de ningún modo. Se dijo en los medios que podría ir como embajador al Vaticano, pero tampoco. Él puede trabajar para una mejor relación con la Iglesia sin ser embajador. Su deseo es ayudar a Mauricio en muchas de las cosas que nos quedaron pendientes, porque queremos que al país le vaya bien. Jorge le ganó a la muerte, así que abandonar su cargo no es nada. Y trabajará para que finalmente salga la legislación laboral demorada por aquellos que nos corrieron la cancha y no cumplieron con los acuerdos”.

Superado el obstáculo del Presupuesto, en la Casa Rosada esperan que ahora sí se cumplan todos sus pronósticos y ya hablan del primer trimestre como el “mejor termómetro” para medir sus propias expectativas sobre el rumbo nacional y partidario. A esa reactivación tan esperada la llaman “parches verdes” por el color de la divisa norteamericana que esperan recolectar de las cosechas. Una luz verde para abrirse camino y sin pausa.

Qué se dice del tema...