En declaraciones a radio Mitre, Miguel Von Rozenberg, director del Ente Regulador de la Ciudad, dijo este sábado que el servicio de subterráneos está semiparalizado por el conflicto gremial pero que además se han detectado irregularidades inadmisibles.
Traducido: que no se respetan las frecuencias, que no hay suficientes matafuegos, que hay paradas sorpresivas y largas y que "se suelen abrir las puertas", tema por el cual "estamos haciendo un control especial", especialmente en la línea A.
El Ministerio de Trabajo, en la voz de su titular, Carlos Tomada, insistióel último viernes sobre lo genuino del reclamo pero indicó que los delegados no deberían impedir la salida de las flotas, que son usadas diariamente por casi un millón de pasajeros.
Esta última semana, el tránsito de los subtes fuue caótico, casi nulo o directamente nulo, causando cantidad de problemas en las arterias callejeras, saturadas de peatones improvisados.
El Ministerio de Trabajo emitió en la noche del viernes un comunicado al respecto: "Las demoras sufridas por los usuarios responden a motivaciones que son ajenas a las relaciones laborales y a las facultades de los delegados". En cambio, Metrovías acusó sin medias tintas a las "internas gremiales".
