Ibarra fue escrachado en el Teatro San Martin

Ibarra fue escrachado en el Teatro San Martin

Aníbal Ibarra fue escrachado por los familiares de las víctimas de Cromañón en un hecho que desvirtuó totalmente la entrega de los diplomas. Le gritaron asesino, cobarde y corrupto y tuvo que entrar y salir por atrás, hubo corridas y encontronazos.


El ex jefe de Gobierno Aníbal Ibarra fue duramente escrachado este mediodía en ocasión de la recepción de diplomas de los diputados porteños electos en el Teatro San Martín. Cuando le tocó el turno a él los familiares de Cromañón que estaban agrupados en el fondo del salón empezaron con el grito de "asesino, corrupto y andate h… de p…" hacia Ibarra, hecho que tiñó la ceremonia hasta el final ya que nunca se volvió a la tranquilidad.

El acto, a cargo del Tribunal Superior de Justicia, había comenzado prolija y puntualmente con la entonación solemne del Himno Nacional, seguido por la lectura de la acordada donde se proclamaron oficialmente los diputados electos, firmada por su presidente, José Casás, y los jueces que integran la máxima instancia de la justicia porteña.

Los legisladores electos, ubicados en dos grupos a derecha e izquierda del escenario, esperaban ansiosamente el momento de ser nombrados para recibir el diploma que certifica su condición de representantes de la Ciudad de Buenos Aires. La entrega comenzó con los integrantes de PRO, Mariano Narodowski, Cristian Ritondo y María Eugenia Vidal. Pero en cuanto se escuchó el nombre del cuarto en la lista, los gritos colmaron la sala.

Un numeroso grupo de familiares de víctimas de Cromañón que ocupaban varias filas al fondo de la sala, se pusieron de pie, levantaron fotos y carteles, y gritaron con todas sus fuerzas en contra del ex Jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra.

Casi como en un juego para ver quien tiene más fuerza, legisladores en ejercicio y miembros de la política local sentados en las primeras filas, se pusieron de pie y aplaudieron cuanto pudieron (Beatriz Baltroc hizo sonar sus palmas con fuerza). Mientras tanto los diputados electos seguían siendo nombrados pero muy pocos podían distinguir sus nombres y prestar atención.

En un momento por uno de los pasillos laterales hubo enfrentamientos y forcejeos por parte de los familiares que intentaron llegar hasta Ibarra -que estaba sentado en el escenario en primera fila- pero fueron interceptados por policías de civil, seguridad privada del lugar y los propios que protegen a todos lados adonde va al ex jefe porteño.

El diputado Héctor Bidonde (ubicado en la tercera fila), se puso de pie, señaló enfurecido y acusó a los gritos a un hombre de sweater blanco -presuntamente vinculado a Ibarra- de ostentar un arma. "¿Por qué hay un hombre armado en el escenario!, repetía con toda su voz. Pero tuvo que sentarse y serenarse ente la presión de la seguridad, que lo llevó hasta su asiento. Nada se escuchaba mientras tanto en la entrega de los restantes diplomas de los veintinueve diputados (si, veintinueve… Ginés González García brilló por su ausencia).

Entre las caras sorprendidas por los hechos vividos, sobresalió la del rabino Sergio Bergman.

Como perlita política, Gabriela Cerruti (muy poco aplaudida) y Gabriela Alegre quedaron, sin buscarlo, sentadas codo con codo luego de las barbaridades que se dijeron en ocasión del desplazamiento de la funcionaria de Ibarra en el gobierno de Telerman.

Luego de entregar los certificados a los diputados presentes, se dio por finalizada la ceremonia y bajó el telón.

Beatriz Baltroc logró escabullirse tras el oscuro paño con el objetivo de saludar a Aníbal Ibarra. Todos sabían que el ex jefe de Gobierno no iba a saludar en el hall como hicieron el resto de los representantes legislativos electos. El ministro Roy Cortina también se escabulló, pero para felicitar al socialista Julián D’Angelo, diputado electo por la lista telermanista.

Como acostumbra a partir de la fatídica noche del 30 de diciembre de 2004, Aníbal Ibarra se retiró por la calle Sarmiento acompañado de más de media docena de custodios personales. De la misma manera había ingresado al Teatro San Martín, dos horas antes del inicio de la ceremonia. Primero en llegar y primero en irse.

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