Más de treinta causas penales, condenas, denuncias judiciales. Todo en la vida de Ricardo Jaime, el ex secretario de Transporte de Néstor Kirchner, parece resolverse en tribunales. Es que el ex funcionario nunca disimuló su fortuna: viajaba de Córdoba a Buenos Aires en su propio jet, figuraba como dueño de lanchas, motos, entre otros.
Desde el sábado hasta hoy mantiene una tertulia perfecta de tribunal en tribunal, de juez en juez. El lunes pasó la noche en la alcaidía de los tribunales de Retiro, custodiado por personal del Servicio Penitenciario. Hoy, sin embargo, será trasladado al penal de Ezeiza, con el objetivo que siga prestando declaración.
Así, por tercer día seguido, volvió a los tribunales de Comodoro Py. En esta ocasión, Jaime se negó a declarar ante el juez Ramos en la causa donde está imputado por supuesto “incumplimiento de deberes de funcionario público” a raíz de irregularidades en la renegociación de contratos de empresas ferroviarias concesionadas.
Más tarde, frente al magistrado Sebastián Casanello, negó haber sabido que su hija mayor poseía una moto de agua, en la causa por enriquecimiento ilícito en que se investiga si ese vehículo le perteneció y él lo puso a nombre de su familiar.
Ayer, sin embargo, no se negó a declarar aunque buscó desligarse. Afirmó que todo lo que hizo durante su gestión, lo hizo para “cumplir directivas de Néstor y Cristina Kirchner”.