Con prudencia, el Gobierno busca beneficiarse del affaire de los cuadernos

Con prudencia, el Gobierno busca beneficiarse del affaire de los cuadernos

El Gobierno está decidido a capitalizar el impacto del torbellino político desatado por la investigación judicial.


Pese a que aparezca comprometida la familia presidencial, promoviendo una ley de extinción de dominio y tratando de ganar la pulseada en el Senado para que sean habilitados los allanamientos de la Justicia contra la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Las masivas marchas de esta semana contra la exmandataria y en reclamo de una ley que otorgue la extinción de dominio sobre el patrimonio de los corruptos, renovaron a la Casa Rosada, que considera beneficiarse de esta nueva coyuntura política atravesada por las escandalosas confesiones de empresarios y exfuncionarios arrepentidos. Pese a transitar el camino de la prudencia, en el Gobierno expresaron su satisfacción por las movilizaciones en todo el país. “No las auspiciamos como organizadores aunque tampoco nos oponemos. La lectura que hacemos es que mucha gente quiere este proyecto y que, a diferencia de otros temas, va a estar muy atenta a esto”, aseguró a Noticias Urbanas un funcionario que ocupa un despacho en la planta baja de la Casa Rosada. Expectantes por lo que suceda en el Congreso de la Nación que esta semana habilitó finalmente la discusión del proyecto que propone la recuperación de fondos y bienes provenientes de delitos, luego de haber estado cajoneadas varias iniciativas, tanto del peronismo federal como del oficialismo, el saldo para Cambiemos es positivo, porque “si hay algo que nos queda de balance positivo sobre el caso de los cuadernos es que nosotros auspiciamos todo esto”, dicen al referirse a las distintas medidas contra la corrupción y a favor de la transparencia impulsadas en estos dos años y medio, en especial las que están enfocadas en la obra pública.

Al respecto, casi en los márgenes de la división de poderes, Macri habló de las implicancias de la investigación de los cuadernos y se autocongratuló por “haber generado el espacio para que la Justicia actúe de forma independiente” y “se pueda llegar hasta el fondo de cada uno de los temas y que sepamos efectivamente qué pasó”. En ese sentido, destacó el “aporte” de la Ley del Arrepentido y sostuvo que “hay un antes y un después” en la administración de la obra pública en la Argentina. “Estamos entendiendo que el cambio es mucho más que lo económico y que tiene que ver con valores basados en una libertad responsable, en la transparencia y en un Estado al servicio de la gente y no de la política”. Y agregó: “Tenemos que tener un Estado en el cual podamos confiar que vamos a contratar al precio correcto y que se va a controlar que se haga lo que se contrató”. Según su lectura, “todo esto que ha pasado, ha descolocado a mucha dirigencia política” y expresó que “espera que todos aquellos que están observando y especulando, se den cuenta de que la Argentina cambió y que cuanto antes ellos se sumen es mejor para todos porque no vamos a volver a tolerar comportamientos mafiosos, prepotentes, deshonestos; la avivada criolla mal entendida se acabó y el camino que les estamos marcando a los argentinos es el camino del trabajo honesto y no queriendo sacar ventaja”.

La distensión presidencial permitió que Macri se exhibiera con el mediático conductor Alejandro Marley y su hijo Mirko en una entrevista que el entorno presidencial habrá habilitado más para humanizarlo que para brindar tranquilidad con respuestas sobre el rumbo económico. En otra entrevista, con Andrés Oppenheimer, de la CNN, respondió sobre una posible detención de la líder de Unidad Ciudadana: “Muchos dicen que no me conviene, pero yo no hago lo que me conviene a mí, hago lo que le conviene al país”. Es cierto que en el Gobierno hay quienes calculan que es mejor tener a CFK desgastada pero compitiendo electoralmente, pero las encuestas todavía no decretan ese beneficio. “Lo que conviene que haya un sistema judicial independiente y que uno no esté ahí manipulando y presionando para que sucedan o no las cosas. Ese nivel de transparencia es realmente algo fundacional para la Argentina y por eso hay que reforzarlo con estructuras. Ahora falta una ley de extinción de dominio para recuperar los bienes robados por la corrupción o el narcotráfico. Necesitamos estructuras que nos aseguren que nunca más vuelva a pasar algo así, que nos hace tan particulares”.

Pese a todo, entre las implicancias de la causa para el oficialismo, además de la confesión y participación del primo hermano del mandatario Ángelo Calcaterra, ex dueño de Iecsa, es el impacto negativo en la cada vez más golpeada economía. El desfile de empresarios de la construcción en los tribunales federales y el tenor de los nombres de las empresas que aparecen sospechadas de haber pagado coimas a funcionarios kirchneristas agravó la endeble confianza que los mercados tienen sobre las empresas y los bancos argentinos. Así quedó decretado en Wall Street. “Queremos que se sepa todo, pero no lo pensamos en términos de conveniencia. Es quedar sujeto al análisis político que se hace por fuera de la gestión. Nosotros tratamos de no meternos en eso y solamente involucrarnos en el tema económico que es el que nos compete a nosotros”, señalaron a este medio desde la Casa Rosada.

Pese a que en la investigación fueron apuntadas, entre otras, dos empresas que ganaron licitaciones bajo la administración de Cambiemos, el Gobierno por ahora no tomará medidas de carácter preventivo hasta que no haya condenas de algún tipo. Hoy el manejo de la obra pública está repartido entre el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el de Transporte, Guillermo Dietrich. “Hasta que la Justicia no vaya a fondo con alguna condena no podemos tomar ninguna decisión de carácter preventivo”, aseguraron a esta revista cerca de uno de los dos ministros, al ser consultados por Vial Agro y José Cartellone, dos empresas que ganaron licitaciones con este gobierno bajo el sistema de Participación Público Privado (PPP) y que aparecen mencionadas en la confesión que hiciera el extitular de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner, ante el juez Claudio Bonadio. “Durante los doce años de kirchnerismo no se sancionó a ninguna empresa y cuando llegamos encontramos que había algunas que habían incumplido con las obras públicas y decidimos sancionarlas. Incluso prohibimos a algunas de participar como Odebrecht, que fue una de las sancionadas”, apuntaron desde la Casa de Gobierno, pero también sabiendo que la investigación cobra día tras día una nueva dimensión.

Ante tanto revuelo, el oficialismo decidió postergar la discusión de un nuevo Código Penal en la que se proponía despenalizar el aborto tras el rechazo en el Senado a la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. Desde la Jefatura de Gabinete aseguran que avanzar en ese sentido hubiese significado sumar “otro punto de fricción” porque “no nos daban los números para sacarlo tal como está en el anteproyecto”.

“Está muy sensible todo”, resumen cerca de Macri, al referirse a una decisión que alivia la agenda política de Cambiemos para este año y que abre paso, con más fuerza que antes, a la necesidad de prosperar en las negociaciones políticas con los gobernadores y la oposición para la sanción de un Presupuesto para 2019, que consagre al fin los ajustes prometidos ante el Fondo Monetario Internacional y lleve supuestas certezas a los mercados externos sobre el rumbo argentino. Tras las tensiones con los gobernadores por la decisión de adelantar la eliminación del Fondo Sojero, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Hacienda auspician un nuevo encuentro que encabezarán funcionarios de segunda línea con los ministros de Economía de las provincias para seguir destrabando la discusión presupuestaria. En lugar del ministro Nicolás Dujovne estará su número dos, el secretario de Hacienda, Rodrigo Pena, junto a Alejandro Caldarelli y Paulino Caballero, dos hombres fuertes de Frigerio en la relación institucional con las provincias. “No está nada dicho todavía”, resumen.

Puertas para adentro de la Casa Rosada aseguran que la dinámica de trabajo en la gestión sigue igual que antes, pese a que desde afuera muchos apunten contra el jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien, al igual que Macri, refleja los nuevos cambios discursivos de los libretos oficiales, con “la transparencia” como uno de los nuevos (y viejos) tópicos que cada vez cobran más fuerza. Peña cuenta con el apoyo de Dujovne, quien no dudó en dejar claro que dialoga prácticamente todos los días el jefe de Gabinete, pese a haberlo desplazado de la coordinación económica. Alguien del riñón de Marcos Peña responde contundentemente cada vez que se lo consulta sobre los rumores que ponen a su jefe lejos del cargo de ministro coordinador. “Bad information. A veces algunos confunden información con expresión de deseo”.

La respuesta viene de alguien que también reconoce que el fuego proviene muchas veces del bando amigo, es decir, del seno de la Casa de Gobierno, donde hoy también aparecen fortalecidos en la mesa chica tanto Horacio Rodríguez Larreta como María Eugenia Vidal, los mismos que habían promovido la salida de Francisco Cabrera como ministro de Producción y que esta semana fueron testigos del regreso del extitular de la Fundación Pensar a los círculos del poder oficial, con su nombramiento de un cargo ad honorem en el Boletín Oficial como asesor de Mauricio Macri, en paralelo a su designación como titular del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE).

Ninguno considera que haya que adelantar la campaña presidencial, más bien todo lo contrario: la Casa Rosada imagina una campaña corta y contundente que arrancaría recién en junio del año próximo, dos meses antes de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias. Así está en el plan de hoy, aunque todo puede cambiar en una Argentina gobernada por la coyuntura y que todavía no logra ver el sol en medio de la tormenta económica y el torbellino político.

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