Cómo decimos que somos y cómo pensamos que son los demás

Cómo decimos que somos y cómo pensamos que son los demás

Un estudio realizado por las consultoras BDO y Taquion muestra que los argentinos somos expertos en mirar la paja en el ojo ajeno antes que la viga en el propio.


“Los argentinos nos autopercibimos como correctos, inocentes y heroicos. Asimismo,consideramos que el resto de la población es todo lo contrario”, afirma un reciente estudio realizado por BDO y Taquion, denominado “Monitor Anual de Corrupción y Solidaridad”, que, al igual que el año pasado, midió, entre otras cuestiones, cómo decimos que somos y cómo pensamos que son los demás.

Se trata de una encuesta cuantitativa, realizada por IVR, con cuestionario cerrado, que alcanzó a 755 personas de al menos 18 años residentes en hogares particulares del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), con acceso a línea telefónica, entre el 5 y el 11 de noviembre de 2018. El trabajo tiene un margen de error muestral del +/- 3,4%.

En la encuesta se les preguntó a los consultados cómo actuarían ante hipotéticas situaciones de corrupción que podrían favorecerlos y cómo supone que lo haría el resto de la sociedad.

Por ejemplo, “está llegando tarde a una reunión y existe la posibilidad de estacionar el auto en un lugar prohibido que le ofrece un ‘trapito’. ¿Usted qué haría? ¿Y qué piensa que haría la mayoría de los argentinos?”, fue una de las preguntas realizadas.

La respuesta “sigo buscando” logró un porcentaje del 75,5%, contra un 24,5% de aquellos que reconocieron que estacionarían su vehículo en un lugar no permitido. En cambio, cuando se les preguntó acerca de qué haría el resto de la sociedad, el 64,9% manifestó: “Estacionan”, y solo el 35,1% dijo: “Siguen buscando”.

Algo similar ocurre con este caso: “Está llegando tarde a un evento importante pero hay una fila bastante larga y tiene la opción de colarse. ¿Usted qué haría? ¿Y qué piensa que haría la mayoría de los argentinos?”. Acá, el “yo seguiría esperando en la fila” alcanzó un 82,6% (contra un 17,4% que reconoció que se colaría), mientras que el 62% supuso que el resto se colaría (contra un 38% que creyó que respetaría la fila).

Tercer caso: qué pasa si un policía sugiere evitar una multa por cruzar un semáforo en rojo por medio de una coima. En esta oportunidad, el 71,8% asegura que permitiría la multa en lugar de pagar la coima y solo un 28,2% admite que aceptaría sobornar al agente. Pero solamente el 26,9% de los encuestados cree que el resto de la sociedad se comportaría correctamente y, en cambio, un abrumador 73,1% sostiene que la mayoría buscaría coimear al policía.

Cuarto escenario: “Cuando el mozo le trae la cuenta para pagar una cena con amigos, la facturación es bastante menor de lo que realmente correspondía. ¿Usted qué haría? ¿Y qué piensa que haría la mayoría de los argentinos?”.

Nuevamente, casi las tres cuartas partes de los encuestados (un 72,4%) se considera lo suficientemente honesta como para avisarle al mozo del error (el 27,6% reconoce, en cambio, que no diría nada), pero solo el 33,8% supone que el resto de la sociedad se comportaría de la manera correcta, mientras el 66,2% estima que la mayoría se hará la zonza y pagará la cuenta tal como se la trajeron.

Un dato bueno: pese a que se manifiesta la misma tendencia, los indicadores mejoraron desde el año pasado respecto de la confianza ética que los individuos tienen del prójimo en tres de las situaciones evaluadas (las vinculadas con el estacionamiento indebido, la coima para zafar de la multa y el error en la cuenta del mozo). Es decir, los porcentajes de percepción del accionar negativo del prójimo descendieron en esas respuestas con respecto a 2017, mientras que subió en la relacionada con colarse en la fila.

Una última pregunta, que no guarda comparación con el año anterior, remata este apartado: “Supongamos que puede tomar un monto interesante de dinero de la bóveda de un banco con la certeza de que nadie se enterará. ¿Qué cree que haría la mayoría de la gente? ¿Y usted?”.

La respuesta, en este caso, es lapidaria: un 82,7 cree que la mayoría tomaría el dinero, contra un magro 17,3% que aún confía en la honestidad social de los argentinos. Aunque solo el 20,7% de los encuestados admite que robaría esa plata, contra un 79,4% que asegura que no.

Finalmente, un 56,4% considera que la principal causa de la corrupción es la “deshonestidad de la sociedad”, aún por encima de la “deshonestidad de los políticos” (29%) y de “los empresarios” (7,6%). Aunque, como vimos, muy pocos se hacen cargo de su propios pecados.

¿Y las instituciones?

Además de manifestar las diferencias entre la autopercepción y la percepción del otro, el estudio ahonda en otras apreciaciones vinculadas con la corrupción.

Por ejemplo, el 48,2% afirma que la principal responsabilidad de que exista la corrupción es el hecho de que hay una “Justicia deficiente” y que “nadie va preso”. Guarda coherencia, entonces, que este año la Justicia haya desbancado a los sindicatos de la cima de las instituciones más corruptas, según la percepción social recogida en el estudio de BDO y Taquion. A la Justicia, el 84,4% la considera “muy corrupta”, mientras que los sindicatos recogen el 82,5% de ese tipo de respuestas. En tercer lugar, se ubica la Policía (75,5%); en cuarto lugar, el Congreso de la Nación (74,3%), y en quinto lugar, las empresas (70,8%).

A su vez, el Gobierno, al ser comparado con las empresas y la sociedad, se lleva, con un 38% de las respuestas, el premio al lugar en el que la gente cree que existe el “mayor nivel de corrupción”. El año pasado, en cambio, había ganado, con un 55,6%, la respuesta “en los tres por igual”, que ahora cayó a un 35,8%.

En cuanto a si los escándalos como el de los cuadernos servirán para bajar el nivel de corrupción existente en el país, las respuestas están repartidas: un 45,4% cree que sí, mientras que un 41,7% sostiene que no. Y aunque son mayoría (54,6%) los que no creen que la corrupción sea algo “inevitable”, hay un 45,4% que sostiene que no se puede evitar.

¿Y cuánta corrupción se está dispuesto a tolerar a cambio de un gobierno que logre dominar la inflación, la inseguridad y mejorar la calidad de vida?

Acá, las respuestas reflejan, quizás, la desesperación causada por la crisis económica que se desató este año en la Argentina. Mientras que en 2017, el 66,7% aseguraba que no estaba dispuesto a tolerar “nada” de corrupción gubernamental, ahora esa cifra ha bajado a un 43,8%. Y han subido diez puntos (de un 11,8% a un 21,8%) aquellos que tolerarían “un poco”; 2,8 puntos (de 13,6% a 16,4%) aquellos que tolerarían “algo”, y 5,2 puntos (de 6,5% a 11,7%), aquellos que tolerarían “mucha”.

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