Un informe del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) del Ministerio de Producción y Trabajo reveló las cifras de la desocupación que va desde 2017 hasta el 2018. El organismo detalló cuáles fueron los sectores más afectados y el número llego a casi 200 mil puestos de trabajo perdidos. Se teme que llegue a la misma cantidad registrada en 2001 y 2002.
Según el SIPA la cantidad de trabajadores ocupados registrados pasó de 12.387.200 en 2017 a 12.195.900 en diciembre de 2018, como consecuencia de la recesión y la crisis económica.
Así, fueron unos 191.300 los puestos perdidos, lo cual representa una baja 1,5 por ciento en la medición interanual, mientras que de ese total, unos 130.800 pertenecían al sector privado registrado.
En el mismo aspecto, un total de 61.000 puestos fueron percibidos en el sector industrial, otros 36.300 del segmento comercial, mientras que 13.600 fueron de la construcción en el marco del freno de la obra pública.
Mientras que en el sector independiente fueron unos 15.000 puestos menos entre 2017 y 2018.
En tanto, la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio alertó que el empleo sufrió un retroceso de 2,3 por ciento en el primer mes de 2019. Los datos oficiales señalaron que en Buenos Aires el empleo bajó en 51.700 puestos, mientras que en Capital Federal la caída fue de 29.100 y en Córdoba de 13.100.
Por otro lado, percibieron incrementos las regiones de Neuquén con 7.000 puestos nuevos y Jujuy con 1.600.
¿Qué pasaba en 2001?
En 2001, cuando Argentina atravesaba una de las peores crisis económicas a nivel histórico, el INDEC había asegurado un total de 3.036.000 desempleados: el 21,5% de la población económicamente activa. Y la subocupación llegó al 18,6%, esto eran 2.630.000 personas. Eso provocó que —en Capital y Gran Buenos Aires sumados— más de la mitad de la población sea pobre. Los picos de desocupación se registraron en Gran Catamarca (25,5%), Gran Córdoba (25,3%), Gran Rosario (24,3%) y GBA (22%).
Las cifras del organismo había detallado la situación de 5.666.000 argentinos con problemas de empleo, que intentan sobrevivir en medio de una crisis sin precedentes. Y por primera vez el pico de la desocupación coincide con un fuerte aumento de la pobreza, que había alcanzado en junio el 52,8% en Capital y GBA.
En ese momento, a una de cada dos personas no le alcanzaban sus ingresos para cubrir sus necesidades básicas. Y el 22% entraba en la categoría de indigentes: directamente, no tenian para comer, porque no llegaban a cubrir la canásta básica, que en esa época era de $280.