La Corte Suprema sorprendió en el fallo de las tarifas con un llamado al Congreso a que agilice el nombramiento del Defensor del Pueblo de la Nación a través de la Bicameral que debe generar al respecto.
Este organismo de control permanece vacante desde el año 2009, cuando el cordobés Eduardo Mondino renunció para dedicarse de lleno a la política. El gobierno kirchnerista no se preocupó ni impulsó nunca el proceso porque se pudiera designar a un nuevo ombudsman, tal vez tomando en cuenta que un nuevo funcionario con las potestades que tiene el Defensor podría generarle en un punto algún dolor de cabeza. Así y todo en un momento, allá por el 2013 desde la Rosada se sugirió el nombre del actual senador Juan Manuel Abal Medina, que venía de salida de la Jefatura de Gabinete.
La cuestión es que ante la inminencia de su creación, los diferentes sectores políticos empezaron su ronda de consultas para dar a luz a este importante cargo en el que el oficialismo no comparte el apuro de la Corte. Dicen en los mentideros del Parlamento que tampoco el peronismo -como principal oposición- tendría un deseo express de contar ya con esa designación. Si bien la Constitución no refleja que el nombramiento debe ser para la oposición, ello se da casi como un hecho, pero de todos modos los dos tercios del cuerpo en Asamblea tendrán la última palabra.
Sin embargo y ante las dos cartas a las Presidencias del Senado y de Diputados para que activen la Bicameral -ya nombrada aunque sin autoridades- de la diputada Graciela Caamaño, queda claro que el proceso es de resolución inminente siempre que se arribe al acuerdo necesario.
Los nombres
Se han manejado muchos nombres en las últimas 24 horas, pero el grupo con posibilidades reales es mucho más limitado. Desde el peronismo asoman dos nombres en punta, el cordobés de Río Cuarto, Humberto Roggero, cuatro veces diputado y presidente del bloque del PJ cinco de los 16 años que estuvo logrando buena empatía con la corporación legislativa pan peronista. La porteña Alicia Pierini es dueña de una trayectoria destacada para este lugar, secretaria de Derechos Humanos de la Nación durante 6 años, convencional constituyente y 2 veces diputada por la Ciudad presidiendo la Comisión de Derechos Humanos y también Defensora del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires en dos períodos consecutivos. Otras dos posibilidades serían la del ex presidente de la Cámara Baja, el bonaerense Julián Domínguez quién compartió con buena parte de los diputados el período anterior y Alejandro Nató que también fue defensor del Pueblo de CABA completando el mandato de Alicia Oliveira. Al haber Defensor adjunto ayer se hablaba en los pasillos de poder combinar estos nombres.
La ex Inadi, María José Lubertino fue un intento de los K de acercar una propuesta que nació muerta en los círculos de decisión de esta candidatura. Lo mismo sucedió con Graciela Ocaña, quien se quiso hacer un lugar impulsada desde el cuestionado oficialismo.
Mientras tanto y en coordinación con Caamaño, en el Frente Renovador verían con agrado al ex titular de la CIDH, Santiago Cantón, también de vasta y reconocida trayectoria en el campo de los Derechos Humanos, pero ocupa hoy la Secretaría del mismo nombre en el gobierno de María Eugenia Vidal. Eso no lo favorece ya que se privilegia normalmente a quienes al momento no integren la función pública.
La bicameral en su momento debió darle un poder especial al contador Carlos Guillermo Haquim, quien hoy es vicegobernador de Jujuy con Gerardo Morales y al abandonarla debió delegar en Juan José Bockel, una figura casi decorativa y de transición, sólo para establecer una pseudo conducción y no cerrar las puertas.
El peronismo, con mayoría en el Senado y dos grupos definidos en la cámara baja, los peronistas y los K, serán el factor ordenador de estos nombres. Las alianzas debieran potenciar las figuras que hoy están planteadas. Son perfiles distintos que irán aclarándose en el devenir del proceso y con la velocidad que la política requiera.
