Alimentos por cotillón, el cambio cultural que se vive en Económicas

Alimentos por cotillón, el cambio cultural que se vive en Económicas

A partir de una iniciativa del secretario de Bienestar Estudiantil de la Facultad de Ciencias Económicas, los graduados comenzaron a canjear los alimentos por un kit de cotillón para festejar.


Con el fin de producir un cambio cultural en cuanto a los festejos de graduados, la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA lanzó el programa “Festejos responsables, recibite con un 10”, que, a través de un stand montado delante de la sede universitaria sobre avenida Córdoba, ofrecen a familiares y amigos de quienes se reciben, canjear la comida que iban a irar por un kit de cotillón. De esta manera, la comida recuperada se transforma en una donación, que es distribuida por Red Solidaria.

“El programa trata de generar un cambio cultural en el modo de festejar una graduación, sin encararlo desde lo prohibitivo -dijo Stefano Di Carlo, coordinador de la iniciativa, a La Nación-. Del 70% que canjea, la mitad viene con espuma directamente, y la otra con alimentos no perecederos. Pero todavía hay un 30% que se resiste.”

Desde que pusieron en marcha el proyecto un par de semanas atrás, en Económicas ya juntaron dos toneladas de alimentos, que ya fueron entregadas a Red Solidaria. Y según se calcula, a fin de año, cuando se reciba el grueso de estudiantes, el acumulado rondará las siete toneladas.

“No sólo se trata de no tirar comida, sino de reflexionar sobre nuestras costumbres y cuidar lo público, que es de todos”, dijo Federico Saravia, secretario de Bienestar Estudiantil de la Facultad de Ciencias Económicas e ideólogo del programa.

Asimismo, Saravia planteó en diálogo con La Nación que para terminar con esta práctica de derroche alimenticio tan arraigada “hay que atacar la causa”, y ejemplificó con el caso del cigarrillo. “Antes se fumaba incluso en el aula. Y si a alguien le molestaba el derecho prioritario era del fumador. Y eso se puede revertir, y no en tanto tiempo. Hoy ni siquiera hay carteles de prohibido fumar en la facultad”, destacó.

Esta primera fase, donde les dieron una mano empresas como Rey Momo para poder ofrecer espumas, además de serpentinas y papel picado a cambio de los alimentos, es una etapa de canje, con la idea de sostenerla varios años. La segunda etapa -y el objetivo final- es el cambio cultural. Que ya empezó y tuvo su efecto contagio: las facultades de Derecho y Medicina de la UBA, y la Universidad Nacional del Litoral (UNL) ya les pidieron el proyecto de resolución con la idea de replicarlo.

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