Alberto confía que en el Grupo de Puebla encontrará el apoyo necesario

Alberto confía que en el Grupo de Puebla encontrará el apoyo necesario

Sitiado por las crisis chilena y boliviana y urgido por las exigencias de la política exterior norteamericana, el presidente electo apuesta con pragmatismo a sus colegas del mundo progresista.


Con una Argentina sumida en una crisis tremenda, más necesitada que nunca de apoyos internacionales, Alberto Fernández inauguró el sábado último el Segundo Encuentro del Grupo de Puebla reconociendo en su discurso que “el continente no pasa el mejor momento, sin ninguna duda” y llamando a “poner de pie a América Latina”.

Con la presencia de los exmandatarios Dilma Rousseff, José Pepe Múgica, Ernesto Samper, Fernando Lugo, José Luis Rodríguez Zapatero y del vicepresidente boliviano Álvaro García Linera y el candidato presidencial del Frente Amplio uruguayo, Daniel Martínez, en el encuentro se habló de los planes y las acciones conjuntas que se desarrollarán en los difíciles tiempos que vienen.

El líder del Frente de Todos destacó que “los mejores vínculos políticos nacen de los mejores vínculos personales”, al tiempo que celebró la liberación del expresidente de Brasil Luiz Inácio “Lula” Da Silva. “Estoy feliz de ver a Lula libre”, dijo, para agregar que “sabemos qué hacer cuando alguien padece injustamente. Siempre es necesario estar al lado de los que padecen una injusticia y Lula padeció una injusticia”.

A continuación, Fernández se refirió a las diferencias que lo separan del actual mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, las que minimizó al afirmar que “la unidad entre Brasil y Argentina es indisoluble”.

Con respecto a los ataques y vituperios que recibió desde el vecino país, el líder del Frente de Todos volvió a asegurar que “nada lo va a romper. Es el eje de la unidad de América del Sur. Debemos trabajar mucho para que esa unidad nunca se doble, nunca se rompa”, añadió.

Respecto a la conformación del bloque regional de líderes populares, el presidente electo argentino subrayó que “vivir en un continente más igualitario no es una utopía“.

“El Grupo de Puebla va a ser la voz que se levante ante el mundo para contar lo que pasa en América Latina y de donde salgan los dirigentes que van a volver a poner de pie la América Latina que soñó Artigas, O´Higgins, San Martín, Bolívar, Sucre. Los grandes hombres no sólo nacieron en el Siglo XIX, también nacen en el Siglo XXI. Vamos a cambiar América Latina”, finalizó.

En su discurso, Fernández relató además una charla que sostuvo con el presidente de Francia Emanuel Macron que se extendió lo suficiente como para obligarlo a llegar tarde al Hotel emperador, adonde se realizó el encuentro de líderes nacionales y populares.

“Esta mañana me demoré porque charlé casi hora con Macron. Fue una charla espléndida. Hablamos de Lula, de Chile, de Argentina, de Venezuela y Bolivia, de los problemas del continente”, reveló el presidente electo argentino.

Luego, Fernández expresó que “todo este tiempo ganaron otras voces y no pudimos explicar lo que le pasa a nuestro continente”, agregando que “sentí que Macron me entendía, que entendía lo que pasa en Bolivia, donde hay una clase dominante que no se resigna a perder el poder en manos de un presidente que es el primero que se parece a los bolivianos, eso es todo lo que pasa”.

Siguiendo con su hilación sobre la conversación en el presidente francés, Fernández relató que “le conté lo que pasa en Chile. Presidente, le dije, el milagro chileno es que los chilenos no hayan reaccionado antes. El uno por ciento de la población de Chile se apropia del 30 por ciento del ingreso. ¿Quién puede vivir con semejante desigualdad e inequidad? Nadie“, sostuvo

El líder peronista expresó luego que “hoy le dije a Macron que con Lula libre, soplan otros vientos en Brasil”, abriendo quizás una pequeña grieta con el actual presidente, Jair Messias Bolsonaro, que insultó groseramente al líder francés con alusiones de pésimo gusto con respecto a su esposa.

Antes, tras su triunfo en las elecciones del 27 de octubre último, Macron había enviado una misiva a Fernández, en la que expresaba su deseo de “seguir desarrollando” los “lazos comerciales y económicos” entre Francia y Argentina.

“Nuestros lazos económicos y comerciales son fuertes y generan empleo en ambos países. Me gustaría seguir desarrollándolos con usted en los numerosos sectores en los que convergen nuestros intereses”, escribió el mandatario galo en su carta, fechada el 30 de octubre último.

A continuación Macron le propuso a Fernández que, “con el fin de reforzar nuestra cooperación en todos estos ámbitos, me complacería mucho recibirlo en Francia en cuanto su agenda lo permita. Su visita será una oportunidad para destacar la riqueza que entraña la cercanía entre nuestras dos naciones y desarrollar nuevos ejes de trabajo para los próximos años”.

Posiblemente, el líder del Frente de Todos viaje al país europeo antes de su asunción como presidente.

Más allá de estos valiosos contactos con los líderes mundiales –Fernández se reunió ya con los presidentes de México, Portugal, Perú y España-, el mismo día en que terminaba la reunión se producía el derrocamiento de Evo Morales, cuyo vicepresidente se encontraba en la reunión, duplicando la importancia de Puebla, a pesar de que la mayoría de sus líderes son “dirigentes sin tierra”, una postal de la ola conservadora que se abatió en los últimos años sobre  América del Sur.

Ahora, todo será más difícil para la Argentina, cuyo único aliado con un volumen comercial importante se encuentra a ocho mil kilómetros de distancia.

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