Adrián Camps: “En la actualidad, ECO ya no existe”

Adrián Camps: “En la actualidad, ECO ya no existe”

"Lousteau tendría que ser candidato de una fuerza opositora que apoya a Macri en Nación y se diferencia de Larreta en la Ciudad. ¿Cómo hace en una elección donde prima lo nacional?", dijo Camps.


En todos los espacios políticos hay internas, peleas y discusiones. Es algo habitual y ECO no es la excepción. El legislador del Partido Socialista Auténtico (PSA), Adrián Camps, dialogó con Noticias Urbanas y planteó una serie de objeciones a la construcción política de Eco y de su líder Martín Lousteau.

Uno de los principales integrantes de una de las fuerzas que integró ECO en el 2015 y apoyó la candidatura a jefe de Gobierno porteño de Martín Lousteau, hoy plantea serias diferencias con lo que es ECO en la actualidad.

¿Cómo es la situación del PSA en ECO, teniendo en cuenta que no participó de las reuniones que mantuvo Lousteau con sus legisladores cuando estuvo en Buenos Aires?

El frente ECO fue una alianza electoral que se constituyó como superación del macrismo en la Ciudad de Buenos Aires; es decir, nosotros conformamos un frente que era antimacrista. Competimos contra el candidato de Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta. En ese momento no existía Cambiemos; incluso el radicalismo había hecho una primera reunión y había rechazado cualquier acuerdo con el PRO a nivel nacional. La idea era conformar un frente que desplace al macrismo de la Jefatura de Gobierno. La base de la argumentación era que su gestión había sido muy mala, teniendo en cuenta los recursos con que contaba la Ciudad. El presupuesto se había duplicado en valores constantes, tomando como referencia al año 2000 y eso no se veía en la gestión por ningún lado; para colmo, la Ciudad triplicó su endeudamiento externo. Posteriormente surge Cambiemos y comienza el corrimiento de algunos de sus integrantes hacia el espacio del PRO. ECO se diluye, de hecho en la actualidad ya no existe; la Coalición Cívica se va, al igual que el espacio de Graciela Ocaña, Confianza Pública.

Entonces, ¿cómo está ECO en la actualidad?

En ese contexto, ECO dejó de tener un funcionamiento orgánico y no se hicieron más reuniones; quedó reducido a un  frente electoral que se dispersó una vez pasadas las elecciones, como suele pasar muchas veces en la Ciudad y en la Argentina en general. El interbloque en la Legislatura nunca funcionó. Lo que sucedió fue que el partido mayoritario que conformaba ECO, la UCR, y el candidato principal que era Martín Lousteau migran hacia Cambiemos y, en consecuencia, el espacio político del frente cambia absolutamente de contenido. En su origen tenía un contenido antimacrista y cuestionaba la gestión del macrismo en la Ciudad. Luego se conforma Cambiemos, Lousteau acepta la embajada en Estados Unidos, y ese espacio que se había conformado se disuelve. Algunos rescatan el nombre, fundamentalmente el bloque del radicalismo en la Legislatura se atribuye el nombre de ECO, junto a Roy Cortina. La alianza ECO estaba conformada por el radicalismo, la Coalición Cívica, Confianza Pública, el Partido Socialista y el Socialismo Auténtico. En la actualidad, el único que manifiesta cierta fidelidad a Lousteau, independientemente de adónde vaya y con quien, es el radicalismo y Roy Cortina. El resto se fue o dejó de participar.

¿Está de acuerdo en que ECO arme un Cambiemos porteño junto al PRO?

No, en absoluto. Si Martín Lousteau consiguiera que Cambiemos le abra la interna, cosa que hoy por hoy es improbable, estaría acompañado por la UCR y Roy Cortina; pero ya no sería ECO sino Cambiemos. La boleta diría Cambiemos, no ECO. El electorado que votó a ECO, votó en contra de Macri. Y los 48 puntos que sacó Lousteau en la segunda vuelta fueron para terminar con el Gobierno de Macri. No era una interna del macrismo; colectó votos de toda la oposición. En consecuencia, ese electorado hoy no tiene una referencia clara. ECO dilapidó un importante capital político. Esto queda bien claro en las elecciones de octubre cuando sí participa Cambiemos y, al PRO, se suman los radicales y la Coalición Cívica. Esta alianza saca, en esa oportunidad, los mismos votos que había sacado el PRO en los comicios porteños, es decir, la interna que hace Cambiemos da más o menos la misma cifra que el PRO solo. En consecuencia, se suman nuevos actores pero el electorado es el mismo.

Usted quiere que Lousteau sea candidato en las elecciones legislativas de ECO en la Ciudad. ¿Cómo ve la posibilidad de que el compita en la Capital? 

La situación en la que está Martín Lousteau me parece extremadamente compleja. Primero porque él es embajador del Gobierno de Mauricio Macri; si bien es una representación frente a un país extranjero, obviamente tiene que defender las políticas del gobierno que él representa. Por otra parte, la principal fuerza política que sostiene a Lousteau es la UCR y el radicalismo forma parte del gobierno de Macri e integra Cambiemos en todo el país, menos en la Ciudad de Buenos Aires. Entonces, las elecciones que se van a disputar son de diputados nacionales y de legisladores; el encabezamiento de la lista corresponde al primer candidato a diputado nacional. En esas condiciones, si Cambiemos no le habilita la interna,  Lousteau tendría que ser candidato de una fuerza opositora que apoya a Macri en el orden nacional y se diferencia de  Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad. ¿Cómo hace en una elección donde la problemática principal es la nacional, para articular un discurso que tenga un minimo de coherencia? Es imposible. Creo que está en una situación de la que es muy difícil salir. Debería romper todos sus acuerdos políticos actuales, hacer  una autocrítica de su vinculación con Cambiemos y asumir un discurso opositor. Yo no lo veo a Lousteau en esa posición; de hecho, tanto él como su entorno, dejaron claro que no entran a  Cambiemos porque el PRO no les abre la interna. El Partido Socialista Auténtico jamás podría acompañar a Martín Lousteau a una interna dentro de Cambiemos, porque estamos en las antípodas ideológicas del Gobierno de Macri. Tampoco si se presenta por fuera, con un discurso de apoyo al gobierno nacional y crítico a la gestión de Larreta; nos parece absolutamente insostenible, porque lo que importa en la Argentina de hoy es el gobierno nacional, la forma en que se está conduciendo la Argentina y a dónde están  llevando al país.

¿Qué piensa hacer su Partido en las próximas elecciones?

El Socialismo Auténtico va a presentar sus propios candidatos. El socialismo tiene 120 años en la Argentina y llegó la hora de que se presente como una alternativa de poder con identidad propia. Venimos del fracaso de las experiencias políticas que se han turnado en el Ejecutivo, tanto a nivel nacional como local: El populismo y el neoliberalismo. Y a esto se ha sumado el problema de la corrupción. Y si los argentinos no logramos separar la política de la corrupción, el futuro es muy negro. La sociedad cree cada vez menos en la política, se la nota desencantada y con pocas intenciones de participar. En la medida en que se la va defraudando, una y otra y otra vez, y ve cómo los funcionarios se enriquecen mientras en nuestro país aumenta la pobreza, el rechazo es mayor. Creo que los socialistas, en esta crisis de los sectores tradicionales que han hegemonizado la política argentina, debemos ofrecernos como alternativa; porque no sólo tenemos una trayectoria de honestidad y coherencia, sino que contamos con la capacidad necesaria para llevar adelante propuestas y proyectos que mejoren la calidad de vida de la ciudadanía.

¿Cuál es su análisis respecto al primer año de Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta?

Es una versión recargada del Mauricio Macri. El gobierno de la Ciudad carece de una política de desarrollo; no se fijan prioridades, no se planifica nada. Está dominado por los emprendedores inmobiliarios que buscan tierras para seguir haciendo negocios y los grandes contratistas de la obra pública. El Gobierno de la Ciudad empezó a financiarse con la venta de tierras públicas (Tiro Federal, entorno de la Villa Olímpica, Catalinas 2). Todos los proyectos que se están tratando ahora en la Legislatura son proyectos faraónicos como la autopista del bajo que nos va a costar 700 millones de dólares y se va a financiar con 500 millones de deuda pública y 200 por la venta de los terrenos linderos a Dársena Norte.  La Ciudad tiene un presupuesto fabuloso, 170 mil millones de pesos, y se sigue endeudando. Al mismo tiempo, no se ven proyectos en las áreas de salud y educación ni se construyen viviendas para que no emigren los hijos de las  familias de clase media y trabajadora. Son temas fundamentales para la Ciudad de Buenos Aires y no son prioridad para este gobierno.

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