Zoo de Buenos Aires o la jaula de las irregularidades

Zoo de Buenos Aires o la jaula de las irregularidades

Para que no tuviera que pasar por la Legislatura, el Gobierno porteño redujo la concesión del zoo de la Ciudad de veinte a cinco años. La retuvo la actual adjudicataria. Fuertes críticas al proceso y a la empresa ganadora de la subasta.


Los parásitos que habitan en palomas y gatos que pululan en el Jardín Botánico migran con facilidad al zoológico porteño y, por supuesto, afectan severamente a los animales. Nada se hace pese a lo notorio de la situación. Apenas una muestra más del estado de abandono que sufre este predio en el cual, según fuentes consultadas por Noticias Urbanas, mueren animales aunque se oculte, como se ocultan las reposiciones que se hacen con fauna incautada del tráfico ilegal.

Según las denuncias recibidas por este medio, la inversión de Zoo de Buenos Aires directamente no existió y ?el zoológico retrocedió más de 20 años?. ?El Grupo CIE se fue en 2008 y dejó a Zoo de Buenos Aires, que son dueños por omisión?, aclaran las fuentes.

La empresa debía abonar el 10 por ciento del valor del canon para entrar y otro 10 por ciento al finalizar las obras, pero esto no se cumplió. Ahora, luego de haber ganado la subasta realizada por el Gobierno porteño, el último viernes deberían haber abonado 287 mil pesos y luego un seguro de caución del canon multiplicado por seis, además de presentar dos fiadores reales por 90 millones de pesos más el IVA y los honorarios del martillero. Las fuentes denunciantes señalan que dudan del cumplimiento económico de la empresa, y dan sus razones: en 2007 y 2008 su balance aseguraba pérdidas de un millón de pesos. En 2009 bajó su capital accionario por la salida del CIE y además solo reportó ganancias de 50 mil pesos. ?De qué manera pagarán cifras millonarias si declararon perder dinero o ganancias mínimas?, se preguntan. ?Hasta ahora, si se tiene en cuenta que el canon era el 10 por ciento de los ingresos totales (no solo de las entradas), o estafaron o declararon menos. Sin embargo, ofertaron pagar 1.010.000 pesos por mes. Si el 70 por ciento de los ingresos van a sueldos y el resto a comida, veterinarios y programas de conservación, acá los números no cierran?, plantean los denunciantes, y añaden un dato preocupante: en esta próxima etapa deberán bajar los carteles de publicidad externos, lo que significa una baja de 3 millones de pesos.

Para poner claro sobre oscuro, quienes se reunieron con NU señalan que en cuatro años no solo no se invirtió sino que el zoológico se deterioró más. La opción que plantean es pasarlo al segundo oferente o que el Gobierno porteño lo intervenga con un plan a futuro. ?El pliego, antes que nada, compromete a reparar lo roto. Es decir, el mismo gobierno pide arreglar y no un plan de inversiones. Pero el Gobierno porteño aún puede reaccionar, ganaron los que más destruyeron, no se entiende?, se quejaron, y pidieron que se garantice el bienestar animal, ya que, entienden, hoy ?no hay fines educativos ni de preservación o prevención?.

Lo cierto es que con estos cuestionados antecedentes, el zoológico quedó en manos de la actual administradora por cinco años más. La empresa Zoo de Buenos Aires se plantó y logró retener su pliego luego de que algunos bloques de la oposición en la Legislatura buscaran frenar el sistema de remate. El canon mensual que ofertaron será de 1.010.000 pesos, pese a que la firma, en 2009, año de pujanza económica en el país, reportó ganancias por apenas 50 mil pesos. La base de la subasta había sido de 287.000 pesos.

La subasta se llevó adelante en la sede del Banco Ciudad, en medio de algunos incidentes con grupos ambientalistas y militantes vinculados con los legisladores María José Lubertino (FpV) y Adrián Camps (Proyecto Sur). La empresa les ganó la pulseada a los dueños del Parque de la Costa y a Fénix Group. El sistema del remate se había frustrado dos veces, una por falta de oferentes y la segunda por una medida judicial de la jueza Elena Liberatori.

SIN SALIDA

La concesión fue otorgada en 1991 por el exintendente Carlos Grosso al Grupo CIE, de origen mexicano, y tras su retiro definitivo en 2008, quedó en manos de sus exsocios locales, quienes actualmente lo explotan bajo el nombre de Zoo de Buenos Aires. La concesión venció en febrero de 2011, por lo que el Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, firmó una prórroga que extendió la explotación por seis meses (hasta el 31 de julio de 2011) a la actual gerenciadora. Con los plazos vencidos, el Gobierno porteño optó por reducir la cantidad de explotación del espacio que ofrece y así evitar que el pliego pase por la Legislatura para ser refrendado.

Esto ocurre ya que al contemplar una concesión por solo cinco años ?y no 20, como se hizo la última vez y pretendían las autoridades porteñas en un primer momento? no se requiere el tratamiento en la Legislatura, sino que se puede efectuar directamente desde el Poder Ejecutivo.

El pasado 12 de julio, la titular del Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº 3, Elena Liberatori, hizo lugar a un amparo presentado por el legislador porteño Adrián Camps (Proyecto Sur) y ordenó al Gobierno de la Ciudad ?suspender el procedimiento de subasta pública para la concesión de uso y explotación del Jardín Zoológico?. Sin embargo, nadie pudo frenar la readjudicación. Ni siquiera los lapidarios informes de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires (Agcba), que reportaron la pérdida de más de 100 especies: el 55 por ciento de las aves y el 23 por ciento de los mamíferos, además de señalar que los edificios, protegidos por ley debido a su valor patrimonial y cultural, se encuentran en estado de degradación y destrucción, atentando contra la seguridad de las personas y de los animales.

Información tal como los aspectos económicos de la oferta presentada por la concesionaria, la cantidad de entradas vendidas y el tratamiento de los residuos patogénicos quedó en un cono de sombra, ya que la Auditoría no pudo acceder a los documentos. Tampoco al listado de incorpo raciones por compra y canje de animales o las fichas técnicas de los mamíferos.

De acuerdo con el reporte, el patrimonio escultórico descripto difiere de las piezas hoy existentes y se desconoce qué pasó con la bibliografía que se guardaba en el edificio de la Biblioteca del Jardín Zoológico. La problemática edilicia de uno de los patrimonios culturales e históricos más importantes de la Ciudad también llamó la atención de la Auditoría, que remarcó la absoluta prohibición de toda actividad comercial o publicitaria en el predio protegido, y de realizar modificaciones sin permiso. El Jardín Zoológico cuenta con numerosas obras de escultores, argentinos y europeos, y con diversas fuentes colocadas originalmente en lugares odonde se perforó el terreno en busca de agua.

?La colección faunística de un zoológico es el centro de acción a partir del cual cobran sentido todas las actividades y obras que puedan ser proyectadas en relación con una genuina valorización de la institución. Sin embargo, según los datos del ente auditor, entre 1990 y 2009 se perdieron 31 especies de mamíferos y 72 especies de aves, que representan el 23 y el 55 por ciento, respectivamente, de las colecciones del zoo?, detalla la Agcba.

Desde 2007, el zoo porteño integra la Estrategia Mundial para la Conservación en Zoológicos; sin embargo, la calidad de vida y condiciones de exhibición de la colección faunística sufrieron un ?franco detrimento?.

Esta reserva de flora y fauna ubicada en el corazón de Palermo, que captura la atención de chicos y grandes de la Ciudad y de todo el país, cayó en desgracia, algo que se ve simplemente en sus instalaciones, en las que se observan las estructuras con falta de mantenimiento, incluyendo algunos de los hábitats que deberían estar preparados para animales que nada tienen que ver con este clima, como el oso polar, los hipopótamos o los mandriles.

Para Camps, la Ciudad debe asumir sin demoras la gestión del zoológico que ?está en la total ilegalidad?. ?El Gobierno de la Ciudad ?dice? tiene que hacerse cargo y, a partir de ahí, discutir qué queremos hacer. Es necesario abrir un amplio debate que nos permita encontrar la mejor solución acerca del futuro de nuestro zoológico.? El legislador recordó que los zoológicos de las principales capitales del mundo son gestionados por el Estado. Y cuestionó que la concesión ?se haya resuelto mediante un remate al mejor postor, en lugar de evaluar cuál era la mejor propuesta científica, educativa y de modernización para el zoo?.

Otro que se hizo escuchar fue el diputado porteño Francisco ?Tito? Nenna (FpV), quien señaló: ?Esto es una entrega vergonzosa que obedece a la permanente complacencia del macrismo con el sector privado. Es necesario hacer una auditoría de corte que contemple las especies faunísticas, el mantenimiento edilicio y un plan que sirva a fines pedagógicos?.

En las antípodas, la directora de Concesiones porteña, Silvia Imas, se mostró satisfecha. ?Regularizamos la concesión del zoológico a través del proceso más transparente, que es la subasta pública, que le asegura a la ciudadanía que las reglas fueron claras. La nueva concesión pagará un canon mucho mayor, lo que significa más ingresos para la Ciudad y nuevas inversiones para mejorar el zoológico?, manifestó.

Mientras el Gobierno porteño no piensa dar el brazo a torcer, la mayoría de los proyectos de la oposición pasan por convertir el zoo en un paseo público con funciones científicas y educativas, en lugar de continuar con la idea actual de shopping con comidas, locales y animales como una de sus tantas atracciones. A principios de año, hasta el recinto del oso polar tenía un cartel publicitario.

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