"La crispación atenta contra la cultura del encuentro"

"La crispación atenta contra la cultura del encuentro"

Jorge Bergoglio, cardenal primado de la Argentina y arzobispo de la diócesis porteña, frente a un nutrido grupo de legisladores y funcionarios -no faltó ni el actual jefe de Gobierno, Jorge Telerman, ni su sucesor, Mauricio Macri- insistió en retomar la costumbre de la tolerancia y archivar los enconos en función de un país más solidario.


"La política, mediadora del bien común. Democracia, desarrollo y justicia social". El título del encuentro era amplio, similar al de esos congresos donde politólogos y sociólogos intercambian hipótesis y documentos de trabajo. Pero esta vez no faltó la Iglesia Católica y su máximo representante en el país, Jorge Bergoglio.

La reunión, que tuvo lugar hoy en el Colegio San Cayetano de Liniers, en principio estuvo pensada como un espacio de intercambio de propuestas, aunque también resultó un amplificador de la crítica política.

Así lo entendió el futuro jefe de Gobierno de la ciudad, Macri, que montado sobre la definición del arzobispo (que la crispación atenta contra la cultura del encuentro), criticó al presidente Kirchner por "utilizar la confrontación para gobernar. Siempre he dicho que éste es un gobierno intolerante", dijo.

Bergoglio había asegurado que "la mansedumbre como virtud cívica va contra esa tentación de crispación, que atenta, como actitud humana, contra la cultura del encuentro".

El arzobispo, además, convidó a "juntarse a dialogar y a pelearse de frente como personas bien nacidas", aunque "se nos vaya la lengua y tengamos que pedir perdón".

"El prejuicio crea un muro que se va consolidando y no un puente, por eso no hay encuentro con el hombre, con la institución a la que prejuzgamos", precisó Bergoglio.

Entre los presentes estaban el candidato a vicepresidente de Ricardo López Murphy, Esteban Bullrich, y los legisladores porteños Jorge Enríquez y Sebastián Gramajo.

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