Un día después de que el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray anunciara la suba en el recargo de las compras con tarjeta de crédito en el exterior y a los paquetes turísticos- pasó de 15 a 20 por ciento- se estima que la medida afectará a 2,5 millones de turistas argentinos.
El dólar blue o ilegal, en tanto, sigue alto en torno a los 8,05 pesos ante una mayor demanda por el ajuste de las restricciones en el sector formal, aunque los que más van a este billete “negro” son los viajeros de mayor poder adquisitivo.
Las agencias de turismo que comercializan paquetes habían paralizado sus ventas al menos por este martes hasta reacomodar sus presupuestos y leer la letra fina de la Resolución 3450, publicada ayer, que eleva los recargos.
En el primer mes de 2013, los pasajeros gastaron en sus viajes al exterior 215.748.095 dólares, 4,6 por ciento menos que en enero de 2012, y también los pernoctes registraron una baja interanual, del 5,5 por ciento, al totalizar 3.320.333 jornadas. Además, el año pasado, pese a las dificultades para obtener moneda extranjera en la plaza doméstica, salieron del país 2,43 millones de turistas argentinos, 12,8 por ciento más que en 2011, con una mejora interanual del 10,2 por ciento tanto en los pernoctes como en el gasto total, con 3.185,3 millones de dólares.
LA LUPA SOBRE LOS ÁRBITROS:
A fines de agosto pasado, la Administración Federal de Ingresos Públicos decidió involucrarse seriamente en los negociados del fútbol argentino. Así fue que comenzó a investigar los pases de varios futbolistas y a suspender a más de cien representantes, con la única intención de controlar las ‘triangulaciones’ que provocaban la evasión de impuestos.
Y ahora llegó el momento en que la AFIP puso bajo la lupa al arbitraje argentino. Así como entre los futbolistas los primeros apuntados fueron Jonathan Bottinelli e Ignacio Piatti, en este nuevo ‘ámbito’ lo fue nada más ni nada menos que el internacional Pablo Lunati. El organismo envió una nota a la Asociación del Fútbol Argentino denunciando al juez porque no condice el nivel de vida que lleva con sus declaraciones juradas.
