Nisman: la trastienda de una pericia a la medida del oficialismo

Nisman: la trastienda de una pericia a la medida del oficialismo

La Gendarmería concluyó que al fiscal lo asesinaron. Desde Cambiemos le atribuyeron el crimen a Cristina Fernández de Kirchner.


Contrariando el dictamen que emitieron los peritos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, sus pares de Gendarmería encontraron que el fiscal Natalio Alberto Nisman fue asesinado a las dos de la mañana de aquel caluroso 18 de enero de 2015.

Por el contrario, tomando en cuenta casi los mismos elementos de prueba, los integrantes del Cuerpo de Peritos de la Corte ubicaron el deceso del fiscal a las 20 del sábado 17 de enero de 2015, 36 horas antes de que su cadáver fuera hallado. Entre ambas evaluaciones existen seis horas de diferencia.

Las opiniones y las apreciaciones son, hasta ahora, prematuras, teniendo en cuenta que al momento de ser escritas estas líneas aún faltan casi 24 horas para que las conclusiones sean elevadas al fiscal Jorge Taiano. En el informe de Gendarmería trabajaron 28 peritos, de los cuales seis son peritos de las querellas. Entre los que discutían por estos días las conclusiones se encontraban, además de los peritos de la propia fuerza, el abogado defensor de Diego Lagomarsino, Maximiliano Rusconi; el defensor de Sandra Arroyo Salgado, que representa a las hijas del fiscal fallecido, Manuel Romero Victorica, y Pablo Lanusse, representante de la madre de Nisman, Sara Garfunkel.

Los peritos intentaron ampliar la pericia de la Corte Suprema trabajando en una maqueta que reproduce exactamente el baño de la casa de Nisman, adonde fue hallado su cadáver.

Las nuevas conclusiones a las que arribaron los peritos de la fuerza que resguarda las fronteras incluyen la posibilidad de que Nisman haya sido asesinado por dos hombres, que además haya estado drogado con ketamina y que tuviera golpes en un riñón y en la nariz, que concluyeron que estaba fracturada. Además, dedujeron que tenía un golpe en el tobillo de la pierna izquierda y otro en la cabeza, asestado como para desmayarlo.

La siguiente deducción fue algo más polémica, ya que supusieron que el golpe en la cabeza habría servido para desmayarlo y que la supuesta trompada en los riñones, que habría sido propinada para someterlo, habría estado a cargo de un boxeador, un policía o un efectivo de alguna fuerza de seguridad.

Los peritos intentan determinar –este estudio debe ser confrontado con el anterior– que dos personas primero lo redujeron, luego lo drogaron con ketamina para anular su defensa y, finalmente, mientras uno lo sostenía, el otro le disparó desde atrás. Para ellos, el disparo que lo mató fue dirigido desde abajo hacia arriba, de derecha a izquierda y cruzado, desde arriba de la oreja, a unos tres centímetros.

Después de matarlo, los asesinos habrían tirado el arma y luego habrían acomodado el cuerpo. Por eso, aseguran, la pistola quedó detrás del hombro izquierdo. Trascartón, siempre dentro del excusado, los perpetradores habrían intentado simular un espasmo cadavérico, lo que no consiguieron. Este trabajo de acomodamiento del cuerpo sería consistente, para los gendarmes, con las manchas de sangre que se encontraron en el baño. Al salir de él, los profesionales habrían usado la computadora y el celular de Nisman, quizás en busca de algún elemento, tras lo cual habrían borrado sus huellas utilizando el método de sobreimpresión, el más seguro para no dejar huellas digitales.

Los gendarmes coligieron luego que los homicidas limpiaron el departamento cual hacendosas fámulas, aunque el aseo no fue completo, puesto que quedaron huellas de la madre de Nisman, Sara Garfunkel –aunque quizás no era su objetivo quitar las impresiones digitales de ella–, y una taza en la pileta de la cocina, que podría haber sido usada por Lagomarsino, que reconoció que el día anterior, cuando le entregó a Nisman el arma que lo mató, tomó café con él. Había también huellas del propio fiscal.

Si el informe lo convenciera, el fiscal Taiano propondría el cambio de carátula del expediente judicial y encargaría nuevas medidas procesales, en especial en detrimento de Diego Lagomarsino, que fue el proveedor del arma homicida.

Para darle sustento al nuevo estudio, la diputada Elisa Carrió salió a declarar: “El kirchnerismo y organismos de derechos humanos ligados al kirchnerismo plantaron pruebas falsas y testigos falsos para desacreditar a la Gendarmería. Esto tiene que ver con el caso Nisman. Quieren deslegitimar a Gendarmería para quitarle valor al peritaje de Nisman, porque el peritaje de Gendarmería lo que demuestra es la autoría y el encubrimiento del gobierno de Cristina Kirchner en el crimen, que contó con apoyo de Milani y Aníbal Fernández”.

La blonda legisladora chaqueña agregó, con su estilo filoso: “Esto tiene que ver con Nisman, porque es el caso que obsesiona a Cristina Kirchner, porque es un crimen de Estado con impacto internacional. El gobierno de Cristina ordenó matar a Nisman. En la misma fecha se dieron los hechos: se avanzaba en causas que tienen que ver con el pacto con Irán a la vez que lo de Maldonado. Esto no significa que se inventa su desaparición, pero sí que hacen un uso de un hecho para tapar otro”, cerró sus declaraciones.

Entretanto, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, declaró que la versión conocida sobre la pericia de Gendarmería es un elemento “que nos va acercando a despejar la duda inicial” sobre si la muerte del fiscal fue un suicidio o hubo intervención de “otras personas en el hecho”.

Acerca de las declaraciones de Carrió, Garavano aseveró que esta “es alguien a quien siempre hay que prestarle atención” y que “debe tener elementos, porque es una persona muy informada”.

Otro interesado en el caso, el diputado del Pro Waldo Wolff, que además fue vicepresidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas, afirmó: “El autor material surge por el sentido común de lo que yo considero un homicidio, creo que fue un servicio, alguien con conocimiento de este tipo de armado”.

Luego, Wolff expresó que comenzó a “tener la certeza del homicidio” cuando vio “ciertas pericias que ahora son oficiales”, para reclamar finalmente que “está claro” que Lagomarsino “tiene que dar muchas explicaciones de cosas que no están claras y no cierran”.

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