Peronismo K y aliados: Cumbre en la casa de Juan Cabandié

Peronismo K y aliados: Cumbre en la casa de Juan Cabandié

Se realizó para armar una opción en la Provincia de Buenos Aires. CFK llegó de improviso. Escuchó más de lo que habló. Se proponen armar una lista de unidad. Randazzo estaba invitado, pero no fue.


Este medio viene informando acerca de la larga marcha en la reconstitución del Partido Justicialista bonaerense -un distrito testigo para el que gane allí, circunstancia que podría volcar una elección nacional en su favor-, al que María Eugenia Vidal desalojó del poder, con todo lo que eso significa. También vinimos destacando el rol que cumplen los intendentes en este trabajoso proceso que lleva desde la tesis hasta la antitesis y desde allí hasta la síntesis.

Entre otras razones, el desacostumbrado e indeseado rol que cumple por estos días el Partido Justicialista -el de habitante del “llano” de la política- lo ha obligado a cambiar las pautas de la construcción política. Para empezar, los únicos peronistas con poder territorial son los intendentes. Algunos diputados que antes fueron jefes comunales o territoriales gozan de un status similar. En su armado político, el mando territorial es fundamental, porque el peronismo no nació para vivir a la intemperie, a pesar de los largos 18 años de proscripción que debió soportar muchos años atrás.

Los intendentes son, por consecuencia, los depositarios de la responsabilidad de comenzar a construir el peronismo que viene, aunque esta última premisa no excluye del trabajo a los dirigentes que encarnan las terminales nacionales.

En este medio ambiente -el de las terminales nacionales- hace varios martes que se vienen reuniendo en el barrio de Caballito una larga ristra de intendentes, dirigentes intermedios, legisladores y referentes del peronismo de la Provincia de Buenos Aires para proceder al armado de la opción que se presentará ante la ciudadanía el 22 de octubre próximo, en las elecciones legislativas de medio término.

El martes último, en la casa del diputado Juan Cabandié -dueño, anfitrión y asador oficial en el predio de Caballito- se hizo presente una visitante inesperada. La expresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, llegó desde Santa Cruz el mismo martes, unas horas antes de la reunión y decidió ir “para ver qué pasa”.

En la casa se encontraban los intendentes Martín Insaurralde (Lomas de Zamora); Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas); Gustavo Menéndez (Merlo); Verónica Magario (La Matanza); Walter Festa (Moreno); Juan Pablo de Jesús (La Costa); Jorge Ferraresi (Avellaneda); Mario Secco (Ensenada); Pablo Zurro (Pehuajó); Ariel Sujarchuk (Escobar); Paco Durañona (Carmen de Areco); Mariano Cascallares (Almirante Brown); Juan Ustarroz (Mercedes) y Alberto Descalzo (Ituzaingó). Además, había algunos dirigentes de La Cámpora, como el dueño de casa, Máximo Kirchner, Wado de Pedro, Mayra Mendoza y Gustavo “El Cuervo” Larroque y otros veteranos que conservan mucho peso en el peronismo provincial, como Fernando Espinoza (Presidente del PJ y exintendente de La Matanza), el diputado provincial Juan José Mussi (exintendente de Florecio Varela, padre del actual mandatario, Patricio) y el legislador provincial Gustavo Arrieta, exintendente de Cañuelas y esposo de Marisa Fassi, la actual jefa comunal.

Acá van algunas curiosidades. Para empezar, Insaurralde, Cascallares y De Jesús, que aceptarían la candidatura de Cristina, integran el Grupo Esmeralda, parte del cual se alinea tras la candidatura de Florencio Randazzo, que por estos días transita las desparejas calles de la duda. Por el contrario, Nardini, Menéndez, Magario, Festa, Sujarchuk y Descalzo se alinean en el Grupo Fénix, que siempre aceptó la posibilidad de compartir espacios políticos con el kirchnerismo, una opción que no figuraba entre las prioridades de los “esmeralda”. Por su parte, Ferraresi, Secco, Zurro y Durañona, forman parte del Grupo Patria, que representa en el mundo político provincial al kirchnerismo “puro”. El caso de Arrieta es el más curioso, porque en su patria chica, Cañuelas, se conformó en octubre del año pasado el Grupo El Establo, que respondía en principio a Julián Domínguez, el socio principal de Randazzo en su armado político.

En cuanto al exministro del Interior de CFK, el mismo martes convocó a una reunión en el Hotel NH-Citi, para encontrarse con que sus apoyos dudan -tanto como él, por caso- y van desertando de a uno. Por de pronto, fueron ese día de la partida el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis y sus colegas Juan Zabaleta (Hurlingham) y Eduardo “Bali” Bucca (Bolívar), también integrantes del Grupo Esmeralda, que tiene el certificado de defunción ya extendido. Otros que lo acompañan son los integrantes del Movimiento Evita (aunque tampoco hay unanimidad interna en este sector) y los gremios del Movimiento de Acción Sindical Argentina (MASA), que encabezan el taxista Omar Viviani y el mecánico Ricardo Pignanelli.

Las bases de una propuesta

En la reunión de Caballito -a la que estaba invitado Florencio Randazzo, que denegó su presencia- se habló de la campaña, del armado de una lista de unidad (“lista sólida, de unidad, con potencia electoral y confiable, para evitar fugas”) y de “estar cerca de los problemas más acuciantes que sufre la gente” (un pedido de Cristina). La expresidenta se dedicó más a escuchar que a “bajar línea”. La idea es que se hable del Gobierno de Mauricio Macri y no que se polarice con todos los funcionarios gubernamentales hablando de los supuestos defectos del FPV y culpándolos de todos los males, como plantea el asesor estrella de Macri, Jaime Durán Barba.

Las reuniones seguirán produciéndose y para las que vienen se va a convocar a todos, estén alineados con Randazzo o con Domínguez. “Que sean ellos los que decidan si venir o no“, dividieron aguas los asistentes a la reunión. De esta manera, esperan hacer su propia “encuesta” interna y saber claramente de qué lado está cada uno.

La actitud de la presidenta fue la de escuchar con atención a todos y pedirles que le hicieran una síntesis de la situación en sus distritos. Cuando se le preguntó por su candidatura -algunos fueron muy directos en este tema- CFK adelantó que su decisión aún no fue tomada y que, si se decidiera por el sí, sería en “el último momento”.

De todos modos, existe un indicio acerca de su futuro político inmediato. La alegación a plebiscitar al Gobierno de Mauricio Macri y no al de Cristina Fernández de Kirchner y Néstor Kirchner, indicaría que la exjefa de Estado se ausentaría en esta ocasión de la contienda electoral, quizás con el objetivo de guardar su figura para otros tiempos mejores. De todos modos, hay quienes aseguran que finalmente, apenas un par de días antes del cierre de listas, que se produciría el 24 de junio, Cristina anunciará que será de la partida, “para que el peronismo se ordene alrededor de su figura”.

Hoy por hoy, todas las opciones están abiertas, pero es posible que CFK desista en esta ocasión de ser la candidata a senadora que muchos esperan. La razón más fuerte es que no desea que se hable de ella, sino de Macri, ya que “nosotros dejamos el poder hace un año y medio, por lo que los problemas de hoy son de su responsabilidad. Que se haga cargo”, rematan con malicia en las cercanías de la exjefa de Estado.

De todos modos, fiel al proverbio de la tierra de Ingushetia, que advierte que “aquel que piensa en las consecuencias no puede ser valeroso”, la exjefa de Estado tomará en cuenta también otras variable para decidirse por el sí o por el no. Entre ellas, las posibilidades con que contarían sus reemplazantes para ganar en octubre y la magnitud que tendría una victoria del peronismo bonaerense y su proyección sobre el escenario de 2019.

Sólo el tiempo sabrá.

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