Lopérfido: mala praxis y algo más

Lopérfido: mala praxis y algo más


Si el Presidente Macri aspira a la unión de los argentinos, no debiera dejar pasar que desde el gobierno de la Ciudad reaparezca un discurso gorila y agraviante desde el Ministerio de Cultura de la Ciudad.

Darío Lopérfido aún con todo el derecho que le cabe para expresar sus ideas, ha caído en mala praxis como funcionario ministerial: desde su podio no debiera exhibir su individual desprecio político ofendiendo a una gran parte de la sociedad y me incluyo. A nosotros no nos preocupa la aritmética de los crímenes de lesa humanidad, sino la razón, causas y efectos de tal criminalidad  cívico-militar que llevó al sufrimiento de miles de compatriotas.

Para el Sistema Interamericano de DDHH, los familiares de asesinados o desaparecidos por acción gubernamental,  son también víctimas, y como tales deben ser respetadas, acompañadas y reparadas por el Estado.

Si al ministro Lopérfido le preocupa la aritmética que haga el ejercicio de sumar  asesinados, desaparecidos, y los aún no encontrados multiplicado por no menos de 3 o 4 familiares directos que también fueron y siguen siendo víctimas que continúan viviendo su dolor. Además de amigos, compañeros y allegados.   Ahí va a comprobar, que el costo humano del terrorismo de estado no es cuantificable.

Que ningún dolor ni sufrimiento masivo es cuantificable, y que las heridas en el seno de nuestro pueblo deben ser restañadas y no profundizadas. No discutimos números, sino la memoria, verdad, justicia y reparación.

Dejo para otra oportunidad su lamentable e inoportuno ataque a la historia montonera. Al ignorar su matriz peronista y cristiana, Lopérfido  sólo muestra que su “cultura” abrevó en el “relato gorila” y lo exhibe sin atenuantes.

Prefiero concluir esta nota valorando las consignas de Macri que –al menos- resucitan la utopía de la unidad nacional, sin pobreza ni narcos.  Aunque tal utopía aún no esté bajando a la tierra que habitamos,  todavía hay tiempo de espera.

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