La teoría de Massa

La teoría de Massa


Uno de los comentarios que se volvieron más comunes entre el mundillo político bonaerense es la inflación de candidatos dentro del Frente Renovador. Peor aún, esto es visto desde afuera como una ficción que no durará así mucho tiempo. Pero nadie sabe cómo Sergio Massa desandará el camino que ya permitió construir.

Darío Giustozzi, Mónica López, Francisco de Narváez, Felipe Solá, Jesús Cariglino y (aunque en la cuerda floja) Gustavo Posse. Una lista casi extenuante ya con solo leerla y que es un enjambre difícil no solo para la cobertura mediática sino también para el armado provincial, porque según ya se convino, cada uno debe llevar sus propios candidatos locales (intendentes y concejales) o al menos no llevar ninguno. No habrá dirigentes de base que puedan acompañar a dos o más.

Suena un poco demasiado que el FR tenga también seis candidatos a intendentes en los 135 partidos de la Provincia. Y ni hablar si se terminara sumando Martín Insaurralde, eterno protagonista del enigma bonaerense.

El ordenamiento espontáneo. Así podría llamarse, si quisiera ponérsele un título, la teoría que esbozó el candidato presidencial renovador ante uno de los postulantes a gobernador cuando dialogaron, días pasados, sobre la construcción en Provincia.

“Massa cree que, sin que él dé la orden ni tenga que pedirlo, la situación de los candidatos se va a ir organizando sola y, llegado algún momento más sobre el final, se irán bajando algunos aspirantes para quedar solo dos, que disputarán la primaria. Más por arte de magia que por la política”, explica sorprendido uno de los interesados en que se ordene ese caos.

El dirigente prosigue: “No entiende que es él mismo el que tiene que apoyar a uno solo y no a todos. Quienes no sean elegidos se podrán enojar, ¿pero cuánto?, ¿una semana? Y después jugamos todos apoyando al que designe él y especialmente a su candidatura presidencial”.

El experimentado político habla con crudeza pero también con preocupación. Es que esta noción de sumar precandidatos como si fueran medallas de honor empieza a resultar descabellada y desprolija. No solo porque desvía la atención del premio mayor (copar la Casa Rosada) sino porque complejiza la construcción territorial y puede derivar en que en la campaña, y también en el conteo de los votos, se esté peleando más con los propios que con el sciolismo o el macrismo.

El laissez faire, laissez passer de Massa en Provincia seguramente tenga que ver con varios factores. Uno de ellos es que su mantra de “la política es sumar” lo guía a no cortarle las alas a ningún ave que, sintiéndose coartada, vuele hacia otro nido. Otro es, seguramente, la obsesión por no dejarse marcar la cancha por Insaurralde y exhibir siempre muchos candidatos para que el lomense nunca piense que, sin él, Massa se queda desnudo.

Cariglino, aunque lo digan sus operadores, claramente no es candidato. Es quien menos recorre el territorio bonaerense y el que más apuesta a un ingreso de Insaurralde. Posse tiene un pie afuera, y Mónica López, tal vez quien ostenta la mayor estructura en toda la Provincia, debe luchar con el déficit en el nivel de conocimiento. Indirectamente proporcional, Solá es muy conocido pero tiene poco aparato que lo soporte, aunque jura que seguirá hasta el final. La contienda más cantada sería una batalla Giustozzi vs. De Narváez. Pero es difícil que suceda sin un ordenamiento desde arriba que improbablemente llegue antes de junio.

El portazo. Como había anunciado Noticias Urbanas en octubre pasado, Posse está fastidiado con la conducción del armado en el FR y se acerca peligrosamente al filo con unas declaraciones cada vez más rupturistas. Desde Pinamar calificó a la interna massista en la Provincia como un “club de candidatos” que debilitó al partido, y volvió a cuestionar que se le “prepare el camino al ingreso de Insaurralde”.

“Hay falta de seriedad con esto de tener cada vez más candidatos a gobernador. Scioli está cada vez más fuerte en las encuestas y nosotros en lugar de crecer y de ampliarnos (en referencia al Pro) nos encerramos y lo único que hacemos es aumentar la cantidad de precandidatos”, fustigó, a lo que agregó una comparación que habrá causado muy poca gracia en Tigre: “Scioli y Macri están en una escala superior”.

El intendente de San Isidro sorprende así pegándole a Massa en donde más le molesta: destacar el volumen electoral de Scioli y de Macri, sus dos principales competidores en las PASO presidenciales, y encima hacerlo a través de los medios. Desde la cúpula del FR aseguraron que la bajada de línea fue no responderle y dejar que se hunda solo en su ambigüedad hasta que se canse o se vaya. Para ellos, es casi un hecho que está fuera del FR.

“No digan nada, es algo que tengo que resolver yo”, se le escuchó decir a Massa en la cena que compartió con los diputados de su bloque nacional en Pinamar. Alguien que le sacó el tema Posse recibió esta respuesta: “¿Y por qué no me llamó para hablar si estaba enojado, en vez de decir esto en los medios?”.

En tanto, desde el Pro miran con cautela, admiten que hay contactos “recientes” entre Posse y armadores macristas, pero por lo bajo recuerdan: “Mauricio confió mucho en Posse y él eligió quedarse con Massa en su momento. Antes de volver a estar juntos hay mucho que hablar”.

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