Fiesta de la Independencia: una celebración con cambios de rumbos

Fiesta de la Independencia: una celebración con cambios de rumbos


Los argentinos estamos viviendo en tiempos de Bicentenarios (2010-2016), una oportunidad que podríamos utilizar para generar espacios reflexión y de participación que nos permitan saldar viejas antinomias.Sin embargo, a comienzos de 2016, la celebración del Bicentenario de la Independía no figuraba en ninguna agenda nacional y aún hoy, a casi sólo dos meses del 9 de julio, no se visualiza un programa consolidado.

En la celebración del Centenario de la Independencia, la Argentina comenzaba a cambiar e implementaba por primera vez la Ley del Voto Universal, Secreto y Obligatorio, al tiempo que el mundo se convulsionaba con la Primera Guerra Mundial. Fue un período de transición entre dos regímenes. Gobernaba Victorino de la Plaza pero, en las elecciones del 2 de abril de 1916,había triunfado la Unión Cívica Radical, la principal fuerza opositora al Partido Autonomista Nacional. El presidente electo, Hipólito Yrigoyen, recién asumiría el poder el 12 de octubre.En estas circunstancias, el Poder Ejecutivo Nacional dispuso una celebración modesta y deslucida mientras que Tucumán tuvo que ingeniárselas para festejar en soledad. Desconociendo la importancia simbólica del espacio histórico que vio nacer nuestra independencia el Presidente, oriundo de la provincia de Salta, decidió no concurrir a Tucumán y en su representación envió al ministro de Instrucción Pública de la Nación, Carlos Saavedra Lamas.

Tal como ocurriera en el Centenario de la Independencia, entre el 2010 y el 2016, el clima político tuvo una modificación sustancial. Esta celebración encuentra a la Argentina gobernada por Cambiemos, una coalición que tiene como su principal líder a Mauricio Macri, fundador del PRO (2005) que muestra diferencias importantesen relación a fuerzas políticas que ejercieronel poder en las últimas décadas.

La administración de Cristina Fernández de Kirchnerfirmó un decreto, a principios de 2015, encomendándole al responsable de la Unidad Bicentenario,Javier Grosman, un proyecto para la conmemoración del9 de julio. Pero las acciones y actos se fueron diluyendo por faltade voluntad política, al no destinar ninguna partida presupuestaria para su implementación. Sabiendo que ella no estaría al frente del ejecutivo, e imaginando la posibilidad de que podría haber un gobierno de otro signo, no dejó formalmente institucionalizadaninguna área especial que tuviese como propósito organizar la celebración.

Por su parte, el Poder Legislativo, con mayoría del Frente para la Victoria, no trató en el período 2015 —ni siquiera en las comisiones a las que tenían giro— el Proyecto de Ley presentado por el diputado Alberto Asseff (FR), en el que se proponía crear la Comisión Nacional del Bicentenario de la Independencia. El objetivo de ese proyecto era la preparación y ejecución del programa de actos oficiales en todo el país con la participación de los tres poderes del Estado Nacional, las Universidades; las Academias Nacionales de Historia y Derecho y Ciencias Sociales, el Director de la Casa Histórica y los representantes de la Asociación de descendientes de guerreros y próceres de la Independencia.

La alianza Cambiemos asumió a sólo siete meses del 9 de julio; no tuvo ni tiempo ni recursos para programar actos similares a los del Bicentenario de la Revolución de Mayo. Le hacía falta una ley del Congreso que autorizara una partida excepcional para financiarlos, dado que no estaba prevista en el Presupuesto 2016.En lugar de recurrir al Parlamento, el gobierno de Mauricio Macricreó la Comisión Nacional para el Bicentenario de la Independencia Nacional —coordinada por el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, e integrada por jefe de Gabinete,Marcos Peña, los ministros de Medios Públicos y de Cultura, la Cancillería yel responsable del Plan Belgrano— con el propósito de organizar los actos de recordación de la gesta ocurrida en Tucumán.Prefirió la homogeneidad y soledad de su partido en lugar de realizar una convocatoria que expresara las opiniones y expectativas de toda la sociedad.

Al comienzo del discurso de apertura de la Asamblea Legislativa, el Presidente Mauricio Macri hizo referencia a los largos periodos de discordia por los que transitó nuestra historia, al tiempo que subrayó que el país tiene una enorme potencialidad:“hoy vengo acá a proponerles una hoja de ruta en la cual espero que se apasionen, que se enamoren de ese futuro que podemos conseguir.Nos toca gobernar en un año histórico. El año del bicentenario. Espero que todos estemos a la altura de los desafíos”.

Más columnas de opinión

Qué se dice del tema...