Violencia en el fútbol: un problema que tiene solución

Violencia en el fútbol: un problema que tiene solución

"Luego de varios años e intentos infructuosos se realizó un diseño integral de acciones conjuntas entre el gobierno inglés, las autoridades deportivas y las fuerzas de seguridad, para encarar una solución progresiva a tal situación. El Informe Taylor, producido en el año 1990, ofrece 76 indicaciones básicas para el diseño de este plan que sirvió de base a la actual política de regulación de la violencia en el fútbol".


La violencia en la sociedad no es una exclusividad del fútbol, ni siquiera de nuestro país. La violencia es inherente a la condición humana. Precisamente, vivir en sociedad implica poner límites a esa violencia y la forma que utiliza la sociedad para ordenarse es la ley. Pero por sí sola no alcanza: las leyes deben cumplirse y hacerse cumplir, y esta es una de las misiones a cargo de nuestros gobernantes a través de su gestión.

Si bien cada sociedad tiene características propias, no puede ignorarse la experiencia de aquellas que han pasado por problemas similares y han logrado resolverlos, sin olvidar la idiosincrasia propia de cada una, sus factores autóctonos.

El 29 de mayo de 1985 el equipo de fútbol inglés Liverpool enfrentó a su similar italiano, el Juventus, en la final de la copa europea. Antes del inicio del partido, un grupo de seguidores del Liverpool se abalanzó contra los del Juventus. Los ingleses justificaron su respuesta alegando que los simpatizantes del Juventus le habían arrojado piedras. Ambos grupos se encontraban separados por una cerca, pero esto no impidió que la misma fuera derribada. El resultado fueron 39 muertos, en su mayoría italianos, algunos belgas, franceses e incluso un irlandés.

La UEFA intervino prohibiendo indefinidamente que el Liverpool participara en competencias europeas. Para el resto de los equipos ingleses la sanción fue por cinco años. Finalmente, la pena para el Liverpool se fijó en diez años, para luego reducirse en seis. Una sanción ejemplar si tomamos como referencia la experiencia en nuestro propio país.

Estos sucesos pusieron en evidencia el problema social que representaban los “hooligans” en Inglaterra; en suma: se identificó el problema y se comenzó a analizarlo desde diversos aspectos, aunque esto no impidió una nueva tragedia.

Cuatro años más tarde, el 15 de abril de 1989, se jugó la semifinal de la Copa de la Asociación entre Liverpool y Nottingham Forest. Poco antes del inicio del partido, la policía -preocupada por la gran cantidad de hinchas del Liverpool que no habían ingresado al recinto- decidió abrir una de las puertas principales del estadio. Muchos aficionados quedaron aplastados contra las cercas de protección que separaban al público del campo; en total murieron 96 personas, en lo que se consideró una de las mayores tragedias de esta índole.

Precisamente a raíz de este nefasto suceso, se ordenó una investigación oficial que concluyó con lo que hoy se conoce como el informe Taylor, nombre del juez encargado de llevar adelante la misma.

Luego de varios años e intentos infructuosos se realizó un diseño integral de acciones conjuntas entre el gobierno inglés, las autoridades deportivas y las fuerzas de seguridad, para encarar una solución progresiva a tal situación. El Informe Taylor, producido en el año 1990, ofrece 76 indicaciones básicas para el diseño de este plan que sirvió de base a la actual política de regulación de la violencia en el fútbol.

Algunas de los hechos que se consideran infracciones en Inglaterra, en relación con el fútbol son: entrar en un estadio en estado de ebriedad o en posesión de bebidas alcohólicas, estar en posesión de alcohol en transportes públicos viajando hacia un partido de fútbol, arrojar objetos hacia la cancha, entrar en el campo de juego, etc. Simultáneamente a labrarse una infracción, el juzgado correspondiente libra una orden de exclusión de los estadios al infractor, entrando así en una categoría delictiva cuya pena es la prohibición de asistir a cualquier partido de fútbol en Inglaterra o en el extranjero, por un período mínimo de tres años. La violación a esta prohibición también es un delito. En la actualidad, se calcula que más de tres mil personas se encuentran efectivamente excluidas de los estadios, dado que los controles son rigurosos.

Podemos pensar este sistema como un consenso de responsabilidades compartidas, entre los dirigentes de los clubes, que tienen a su cargo la seguridad dentro del estadio, y las fuerzas de seguridad, que deben mantener el orden público.

Esto se acompañó con la creación de la figura del "steward", que reemplaza a los agentes de policía y que cumplen funciones específicas como guardias, registrando, durante el ingreso, a los asistentes al estadio, acomodando a los espectadores, impidiendo las invasiones al campo de juego, habiendo cumplido previamente con cursos de formación de 8 módulos con un título nacional. El oficial de seguridad de cualquier estadio, tiene a su cargo un cuerpo de supervisores y estos, un equipo de Stewards.

La recomendación principal del informe Taylor, consistió en la realización de estadios con un diseño que ubique sentado a todo el público en un estadio sin alambrado perimetral. En total, desde la aparición del Informe Taylor se han construido 29 estadios nuevos, 200 nuevas tribunas y se dispuso la existencia obligatoria de una sala de control en la que se encuentren disponibles el oficial de seguridad, la policía, los bomberos, el servicio de ambulancia, la Cruz Roja, los observadores del sistema de circuito cerrado de televisión, los operarios del sistema de radio del club y los operarios del sistema de radio de la policía.

La violencia en el fútbol no es un hecho aislado de violencia, pero sí es un hecho urgente que requiere soluciones inmediatas para evitar nuevas muertes y que necesita, fundamentalmente, la decisión política de todos los actores involucrados para implementarlas.

Dra. María Inés Tornabene

Investigaciones Jurídicas
28.06.07

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