RCP: cuatro minutos para salvar una vida

RCP: cuatro minutos para salvar una vida

NU dialogó en exclusiva con el doctor Pablo Andrés Padula, rector del Instituto MadreDeus, quien destaca la importancia de conocer las maniobras de Resucitación CardioPulmonar (RCP) para salvar vidas.


La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte a nivel mundial. En Argentina, fallecen 20 mil personas por año a causa de fallas cardíaca, es decir, cincuenta personas al día. “Actualmente, casi todas las personas que sufren un paro cardiorespiratorio extrahospitalario fallecen, dado que la tasa de sobrevida es menor al 3%. Pero si hiciésemos las maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP), concientizando a la población de su importancia  y poniendo los Desfibriladores Externos Automáticos (DEA) en los lugares que tienen que estar, se podrían salvar diez o quince vidas por día”, explicó el doctor Pablo Padula, rector del Instituto MadreDeus.

RCP, como su nombre lo indica, son maniobras de resucitación cardiopulmonar. Están indicadas en casos donde una persona sufra un paro cardiorespiratorio. “ Esto significa que la persona, por alguna causa, pierde la función principal del corazón, que es la de bombear sangre a todo el cuerpo; “y si esa situación se prolonga en el tiempo, la persona fallece”, advierte Padula.

Las maniobras de RCP lo que hacen es brindarle tiempo al paciente que no tiene pulso o dejó de respirar para recibir ayuda. Es decir, “mantiene viva a una persona mientras espera a la ambulancia”, en palabras de Padula. Además de las maniobras, es fundamental hoy en día contar con un Desfibrilador Externo Automático (DEA), que es un dispositivo electrónico portátil que diagnostica al paciente y va a ir guiando al que realizará las maniobras paso a paso hasta realizar una descarga eléctrica, que en muchos casos revierte la falla cardíaca y el corazón comienza a latir nuevamente.

El factor tiempo: “Una historia de cuatro minutos”

Los primeros momentos cuando el paciente presenta síntomas, son vitales. Como expone Padula, “esta es una historia de cuatro minutos, porque si realizamos maniobras de RCP en los primeros dos o tres minutos, evitamos que se produzca daños en el cerebro  que es el órgano que primero se daña, si en cambio dejamos pasar más de ocho minutos sin realizar maniobras, el daño es irreversible y la persona fallece.  Para tener en consideración, cada minuto que pasa disminuye 10% las posibilidades de supervivencia.

En otros países

El doctor Padula muestra con ejemplos de otros países cómo la concientización y el conocimiento sobre las maniobras de RCP llevaron a resultados exitosos. “En Estados Unidos con RCP y desfibrilación rápida, se llegó a una sobrevida de 6 a 9%. Es decir, aumenta dos o tres veces la sobrevida respecto de Argentina. Pero el caso más emblemático es el de Japón, donde las maniobras de RCP se enseñan en el colegio, y cuenta con una tasa de sobrevida mayor al 30%”. Además es el país que tiene más “Desfibriladores Automáticos” por habitante tiene, 70 DEA cada 10.000 habitantes.

Las maniobras

A partir de los diez, doce  años ya se puede realizar maniobras de RCP, porque la persona tiene la fuerza suficiente para realizar las maniobras y comprender el uso del  DEA.

Se hace por ciclos, donde es muy importante la frecuencia que tiene que ser a un ritmo de 100 a 120 por minuto. Para lograr el ritmo “nosotros ponemos la Marcha de San Lorenzo”, cuenta Padula, y “ese ritmo frenético es el que tiene que ser”. Además, hay que presionar el tórax al menos cinco centímetros.

Cursos

El Dr. Pablo Padula brinda cursos de capacitación de tres horas de duración tanto en el Instituto del cual es rector, como en colegios y empresas que así lo deseen.

El curso consta de varias partes. Una parte teórica, donde se explica lo que es la anatomía humana y cuáles son las fallas cardíacas más frecuentes; después se explica la parte teórica de lo que son las compresiones cardíacas, cómo se aplican, etc; y, finalmente, se pasa a la práctica con los muñecos, tanto pediátricos como adultos, y se hacen las maniobras de compresión y insuflación de aire.

Luego se toma un pequeño examen para ver si prestaron atención. Incluso el curso cuenta con muñecos para practicar las maniobras que, cuando uno lo hace correctamente, hacen un sonido para demostrar que está haciendo las cosas bien.

En la última parte del curso se explica la utilidad del DEA. Su uso es muy sencillo, pero “lo mostramos para que la gente pierda el miedo a utilizarlo”, señala el doctor.

No hay que ser médico, ni enfermero, para poder realizar las maniobras de RCP, ni para utilizar un DEA. Cualquiera puede darle la chance de vida al otro. Solo hay que perder el miedo: “Perdamos el miedo que peor no le podemos hacer a un paciente que no respira o no tiene pulso”, resalta Padula. “Hay chicos que dicen ‘pero si aprieto mucho no le romperé una costilla’, y a lo sumo si le rompes una costilla está fajado un mes, pero es eso o te moriste. Entonces perdamos el miedo al RCP que son maniobras muy fáciles que se aprenden muy rápido”, añade el doctor.

Así, teniendo en cuenta que siete de cada diez muertes se dan fuera del hospital, Padula resalta la importancia de ayudar al otro. “Si querés ayudar a tu papá, tu mamá, tu hijo o tu hermano, el único que lo va a poder ayudar es el que esté al lado. Entonces ya con ese concepto, sumado a que tenés cuatro minutos para hacer algo, para mí sería suficiente motivo como para poner esto en práctica”.

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