El operativo de Cambiemos para levantar en el conurbano

El operativo de Cambiemos para levantar en el conurbano

Macri ordenó que sus ministros recorran el Gran Buenos Aires de cara a las próximas elecciones. La idea es apuntalar la campaña, sobre todo en las secciones en las que los números se complican.


A cuatro meses de las primarias que anteceden las elecciones de octubre, y en medio de la fuerte puja política que le plantea el gremio docente, la coalición oficialista puso manos a la obra para empezar a levantar los números alicaídos que el presidente Mauricio Macri y su gestión ostentan en el conurbano bonaerense, esa marea humana de nueve millones de votantes.

La estrategia es abstracta y con muchas aristas pero tiene dos ejes: el primero consiste en que los ministros del gabinete nacional realizarán “bajadas” –como se denomina en el submundo político a las visitas territoriales– asiduamente para explicar lo que ellos consideran logros de gestión.

“La idea es ‘todos los ministros a la calle’. Una vez por semana, uno, dos o más harán visitas en el conurbano para salir a explicar la gestión y mejorar la imagen del Presidente”, dijo a Noticias Urbanas uno de los operadores mediáticos que circula por la Casa Rosada.

Como más de un comentarista político ha dicho alguna vez, el oficialismo carece de comunicadores ante la opinión pública, esos funcionarios parlanchines que bajen línea en forma simple y llana sobre lo que el Gobierno (cree que) hace bien y sobre lo malvada que es la oposición. Lo más cercano a ello, hoy por hoy, es el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, pero por lejos con menor contundencia que la que solía tener el lenguaraz y desprestigiado Aníbal Fernández.

IMG_5920

Esa carencia fue evidentemente reconocida y por eso se enviará a los ministros a poner la cara ante el electorado más hostil: el bonaerense. Un vocero del gabinete admitió ante NU: “La prioridad es levantar en la Tercera Sección, donde se está peor. Y en la Primera también hay distritos donde el Gobierno no repunta, como Moreno y Morón”. Quienes más estarán de gira por el Gran Buenos Aires serán Carolina Stanley (Desarrollo Social), Esteban Bullrich (Educación), Sergio Bergman (Ambiente), Patricia Bullrich (Seguridad), Jorge Triaca (Trabajo) y el propio Frigerio.

Como se definió a principios de año, el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, será una suerte de enlace entre la comandancia nacional de campaña (léase, Marcos Peña) y el vidalismo, que conducirá la batuta bonaerense. Y con el guiño de De Andreis se constituyó un grupo soporte de dirigentes jóvenes que tiene como objetivo “ayudar al armado y coordinar” el territorio bonaerense.

Entre ellos están Ezequiel Fernández Langan (subsecretario de Asuntos Electorales y posible candidato a legislador), Alberto “Albi” Czernikowski (director provincial de Juventud, referente de Malvinas Argentinas y, ahora, notorio novio de la modelo Karina Jelinek), Evert van Tooren (referente de Esteban Echeverría y a cargo de Instituto de la Vivienda provincial) y Pablo Alaniz (funcionario del área de Comunicación de Casa Rosada y referente en Florencio Varela), entre otros.

IMG_5922El segundo eje de la estrategia es la conformación de las denominadas Mesas de Cambiemos, que no son más que una instancia de coordinación de campaña (mucho más que de debate) de los cuatro partidos aliados: Pro, UCR, Coalición Cívica y FE. Desde marzo que se ponen en marcha dos o tres por semana en los distritos bonaerenses. En la última –en el partido de Presidente Perón– estuvo el ex titular del PAMI, Carlos Regazzoni, quien tras su negativa a ajustar más los presupuestos ante los pedidos de los vicejefes de Gabinete (Lopetegui y Quintana), fue designado como uno de los elegidos para “patear” el territorio y bajar el mensaje de la gestión –lo ayuda su perfil peronista socialcristiano y su buena llegada al papa Francisco, a quien visitó esta semana–.

El desvelo de Cambiemos es ganar la provincia de Buenos Aires, mucho más que en 2015. El motivo es simple: hace dos años daban por descartado que perderían en ese distrito pero sabían que podían balancearlo con los extraordinarios resultados en los otros cuatro distritos principales del país (Córdoba, Santa Fe, Ciudad de Buenos Aires y Mendoza). Total, cada voto sumaba porque la contienda presidencial era nacional. Finalmente, lo ganaron a nivel gobernación y lo perdieron por poco en el balotaje presidencial.

prat_gay_bullrich_frigerio.jpg_1382864869Pero las elecciones parlamentarias tienen la particularidad de que los resultados son leídos por distritos, y el premio (las bancas de senadores y diputados) se otorga según el resultado provincial. De allí que Buenos Aires adquiera un valor simbólico superior al que ostenta en una elección presidencial (basta recordar que el kirchnerismo vivió como derrotas cruciales los comicios de 2009 y 2013, a pesar de haber prácticamente empatado a nivel nacional en número de votos en el primer caso y ganado en el segundo).

Es llamativo que Cambiemos se ponga ansioso sin saber aún a quién enfrentará. Con un bajón en las encuestas y víctima de la polarización, el massismo (y su furgón de cola, Margarita Stolbizer) no confirma quiénes serán sus candidatos, a dos meses del cierre de listas. Desde el PJ se sospecha que Florencio Randazzo podría serlo –así él lo deja trascender–, acompañado tal vez por Julián Domínguez. Pero en la oposición, además de Massa, quien aglutina la mayor cantidad de preferencias es, sin duda, Cristina Fernández de Kirchner, que hoy por hoy se llevaría 4 de cada 10 votos en la Tercera Sección, aunque desciende en la Primera y se hunde en el interior.

Quizás el pie en el acelerador de Cambiemos es porque sabe que, como están las cosas, su principal adversario en la Provincia es su propio déficit de gestión.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...