Buenos Aires, amigable con los mayores

Buenos Aires, amigable con los mayores

Bajo el liderazgo del secretario de la Tercera Edad, Claudio Romero, la ciudad adhirió al Programas de Ciudades Amigables con las Personas Mayores, que implica adaptar zonas de la ciudad a los viejos.


El gobierno de la ciudad de Buenos Aires adhirió este martes al Programa de Ciudades Amigables con las Personas Mayores de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un evento que presidieron el secretario de la Tercera Edad, Claudio Romero y el experto internacional en Longevidad, Alexandre Kalache.

Kalache informó que hasta ahora 350 ciudades en el mundo adhirieron a ese programa, que responde al Protocolo de Vancouver, en el que se aconseja considerar ocho dimensiones que debe cumplir cada ciudad para aproximarse al proceso de optimización de oportunidades para el “envejecimiento activo”.

La población de la ciudad de Buenos Aires es la más envejecida del país, pues se estima que el porcentaje de personas mayores de 65 años es similar al que registran los países europeos, que cuentan con población que ostenta un envejecimiento muy avanzado. La CABA posee además la mayor concentración de población mayor a los 80 años.

Romero planteó el desarrollo de los avances logrados en esta metrópoli respecto de las adaptaciones urbanas en beneficio de los adultos mayores que viven en la ciudad, donde al cabo de unos pocos años se establecieron políticas públicas que tuvieron en cuenta la problemática de este sector que abarca a unas 700 mil personas.

Si bien reconoció que en Buenos Aires es donde “más nos reclaman”, también señaló que “queremos que ella sea la ciudad en la que más quieran vivir”, por los niveles de inclusión que significan la apertura de los mayores hacia la tecnología, que incluye la entrega de las tablets en el programa +Simple, por la adaptación de algunas plazas a sus necesidades de movilidad física, por la protección de los derechos de los adultos mayores respecto de su entorno más íntimo y por el sostenimiento del programa de cuidadores domiciliarios y la implementación de medidas viales para facilitar su desplazamiento, entre muchas otras cosas.

Luego, el secretario explicó que en su Secretaría se analiza ahora una propuesta de instalar mobiliario urbano con paneles de calefacción para el invierno, agregados a livings y asientos. También se estudia la instalación de sendas especiales para el ascenso y descenso de taxis y colectivos.

El funcionario se sumó a la información proporcionada por la Magister en Dirección y Gestión de Bienestar Social y Servicios Sociales por la Universidad de Alcalá, la argentina Silvia Gascón, que reveló que estudios realizados en el interior del país indican que el promedio de vida allí es de “diez años” menos que en la ciudad de Buenos Aires.

Por su parte, Kalache consideró que Buenos Aires es “una ciudad emblemática e icónica”, donde las condiciones se presentan óptimas para desarrollar exitosamente el programa de “Ciudad Amigable” que él impulsa.

El experto estimó que, por sus estudios y desplazamientos, el 50% de la población mundial está urbanizada, y que las prerrogativas socioeconómicas de algunos puntos del planeta permiten determinar que el promedio de vida se da en 89 años, mientras que en otros territorios esa media se fija en 69 años.

A su juicio, algunas de las ciudades que dieron el puntapié inicial al Protocolo de ocho dimensiones fueron La Plata (Argentina), Río de Janeiro (Brasil), San José (Costa Rica), Kingston (Jamaica), Cancún (Mexico), Portland (Estados Unidos), Londres (Reino Unido), Edimburgo (Escocia), Estambul (Turquía), Génova (Italia), Moscú (Federación Rusa), entre otras.

A su turno, la Magister María Cristina Lombardi explicó que la OMS “define como ciudades amigables con la edad a aquellas en las que las políticas, servicios y estructuras, así como el entorno físico y social, están diseñados para apoyar y hacer que las personas mayores permanezcan activas”.

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